Joe Biden mantiene la presión sobre Vladimir Putin para evitar una invasión rusa de Ucrania. El presidente estadounidense ha anunciado el envío inmediato de tropas a Europa del Este para reforzar el frente de la OTAN, en un momento en el que, a pesar de los amplios contactos diplomáticos, aún queda por resolver la crisis que rodea a la ex república soviética. La línea de Estados Unidos hacia Ucrania, aunque deja el canal abierto para el diálogo, sigue anclada en el principio de determinación hacia Moscú. Biden reiteró esto, de hecho, informando a los periodistas estadounidenses su intención de desplegar tropas «a corto plazo» para guarnecer y defender a los aliados de la OTAN en Europa del Este.
Y Gran Bretaña también está dispuesta a ofrecer a la OTAN un despliegue «enorme» de tropas, armas, buques de guerra y aviones de combate en Europa. Así lo anunció el primer ministro británico, Boris Johnson, en respuesta a la creciente «hostilidad rusa» hacia Ucrania. “Este paquete enviaría un mensaje claro al Kremlin: no toleraremos su actividad desestabilizadora y siempre apoyaremos a nuestros aliados de la OTAN frente a la hostilidad rusa”, dijo el primer ministro en un comunicado.
El contingente estadounidense de servicio podría llegar a las 8.500 unidades, que el Pentágono había puesto en alerta en los últimos días. Washington ya está suministrando armas a Ucrania, así como al Reino Unido, que ha enviado misiles antitanque y Kiev y personal militar para entrenar al ejército ucraniano en su uso.
Mientras que otros miembros de la Alianza Atlántica, como Dinamarca, España, Francia y los Países Bajos, han enviado cazas y buques de guerra a los mares Báltico y Negro, París también anunció que estaba lista para desplegar cientos de soldados en Rumania: un país que geográficamente «en el epicentro de las tensiones» entre Moscú y Kiev, y que por lo tanto «necesitan ser tranquilizados», declaró la ministra de las Fuerzas Armadas, Florence Parly.
“Estamos preparados para lo peor”, resumió el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien dijo que Moscú no solo tiene en mente una invasión, sino también otras formas de agresión, como operaciones encubiertas, sabotaje, golpes de estado y ciberataques.
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