Las autoridades españolas consideran que el incendio forestal «se ha salido de control». Para proteger a los residentes, más de 700 personas fueron evacuadas en el oeste de España. Una medida que podría seguirse en las próximas semanas, mientras Madrid teme un aumento del número de incendios y el país se ve azotado por una sequía histórica.
Este incendio, que se declaró la tarde del miércoles cerca de la localidad de Pinofranqueado, en la región de Extremadura, se ha incrementado en las últimas horas debido a los fuertes vientos que soplan en esta región, situada cerca de la frontera con Portugal. Según el Ministerio del Interior, se organizaron evacuaciones por precaución en cuatro lugares cercanos al incendio. Al menos 3.000 hectáreas de tierra ya han sido arrasadas por las llamas.
165 soldados como refuerzos
«No es un problema de recursos materiales y humanos, es un problema relacionado con el viento, que hace muy difícil controlar el fuego», aseguró a los periodistas el presidente de la región, Guillermo Fernández Vara, tras el avance de los desplegados. bomberos. al escenario.
En una señal de la gravedad de la situación, el gobierno envió cerca de 165 soldados de la Unidad Militar de Emergencias (UME), un organismo del ejército especializado en la gestión de desastres naturales como grandes incendios, para apoyar a los bomberos regionales. En total, unas 400 personas lucharon contra las llamas el viernes por la tarde, apoyadas por importantes fuerzas aéreas.
En la primera línea del calentamiento global
Según la Agencia Española de Meteorología (Aemet), se espera que las condiciones meteorológicas sigan siendo difíciles al menos hasta el domingo, cuando se esperan lluvias ligeras en la región. Según el Gobierno regional, el incendio se produjo «intencionadamente». “Son dos focos que aparecieron casi al mismo tiempo en dos lugares distintos, así está claro”, enfatizó Guillermo Fernández Vara, atacando a las “personas despreciables capaces” de provocar este tipo de incendios.
España, país europeo en primera línea del cambio climático, se enfrenta a una sequía histórica tras tres años de precipitaciones por debajo de la media y ya ha sufrido varios incendios en las últimas semanas, aunque aún no ha comenzado el verano. Esta situación hace temer otro año oscuro con incendios forestales en gran parte de España, donde las temperaturas también alcanzaron temperaturas excepcionalmente altas a finales de abril, alcanzando un máximo de 38,8°C en Andalucía.
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