La tecnología permite que cualquier persona con un teléfono inteligente o una conexión a Internet pueda obtener información sin fronteras ni barreras territoriales. Sin embargo, a pesar de un mayor acceso a contenidos, noticias y recursos directos, se está haciendo la paradoja de una sociedad más desinformada que nunca en la historia de la humanidad.
La desinformación es un gran desafío para cualquier sociedad democrática, que además se ve potenciado por la posibilidad de difundir todo tipo de contenidos, ya sean contenidos falsos, no verificados, erróneos, manipulados o fabricados. Esta capacidad de viralizar información, fotos o datos inexactos en cuestión de segundos a través de redes sociales o aplicaciones de mensajería demuestra que estamos ante una herramienta con una capacidad de difusión muy potente.
Para resolver este problema, necesitamos promover el pensamiento crítico y llegar a la raíz del mismo. Necesitamos trabajar desde el principio para integrar la alfabetización digital en el sistema educativo, aprender a filtrar los recursos, un pensamiento crítico y saber cómo determinar si la información es verdadera o no.
Para solucionar el problema de la desinformación hay que fomentar el espíritu crítico y atacarlo de raíz
Lejos de desaparecer, la desinformación va en aumento. El conflicto en Ucrania, ya dramático, nos muestra que ahora hay guerras un nuevo campo de batalla realizado en el espacio digital. Estamos ante una guerra híbrida, facilitada por las nuevas tecnologías, que afecta por completo la seguridad y estabilidad de un país a través de ataques en el ciberespacio, campañas de desinformación y difusión de fake news, entre otros.
De hecho, no fue hasta las primeras tres semanas que identificamos más de 1600 chistes A través de Verifique los hechos: fotos manipuladas o sacadas de contexto por ambas caras; imágenes de otras guerras que aseguran que estos fueron escenarios reales en Ucrania; oleadas de videos falsos se han difundido ampliamente a través de YouTube y TikTok; Incluso tuvimos la historia redactada por el presidente ruso, Vladimir Putin, quien afirma, sin proporcionar ninguna prueba, que tuvo lugar un genocidio en la región de Donbass.
Somos conscientes de que la tecnología se ha utilizado como una herramienta para generar polarización, propagar discursos de odio y manipular la opinión pública. Sin embargo, no debe ser satanizado: en Digital Future Society creemos que también puede (y debe) ser parte de la solución para contrarrestar la desinformación, especialmente dada la velocidad a la que se propaga este contenido.
Las agencias de verificación digital se han establecido en sociedades democráticas y juegan un papel cada vez más relevante en la determinación de la veracidad de los contenidos. Este papel también lo juegan las propias herramientas tecnológicas, que pueden ayudar a exponer la información errónea. Debemos unir fuerzas por un ecosistema de información veraz, sano y robusto. Durante el evento Deconstruyendo la desinformación, organizado por Digital Future Society en el marco del Mobile World Congress 2022, se ha escuchado la voz de la Comisión Europea para exponer su plan de acción para luchar contra la desinformación, que de hecho fue elaborado en 2015 tras la ofensiva rusa para ocupar Crimea. También se pudo escuchar la voz de los organismos de verificación más relevantes de España, quienes expusieron la necesidad de utilizar la tecnología para agilizar, optimizar y verificar el proceso de desinformación, aunque también destacaron la necesidad de envejecer para ingresar al ámbito educativo. .para filtrar fuentes y sesgos, permitiendo el desarrollo de un auténtico pensamiento crítico. Esta es también la visión de la Digital Future Society: tecnología, sí; la educación también Y para hacer frente a este complejo reto, necesitamos unir fuerzas: necesitamos la implicación de administraciones, empresas, plataformas tecnológicas y organismos de verificación, pero también la de los propios ciudadanos. Un paso imprescindible para crear una sociedad digital más justa, equitativa y sostenible.
Cristina Colom es la directora de Digital Future Society.
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