Nada va bien entre Argelia y España. El tratado de amistad entre estos dos países ha sido congelado. Además del gas, el comercio también se ha paralizado. El deterioro de estas relaciones diplomáticas se produce tras el cambio de postura de España en la cuestión del Sáhara Occidental. España se aferra a su posición y Argelia insiste en «sus sanciones», lo que no presagia nada bueno para una mejora del clima entre ambos países.

Es en este contexto, combinado con el surgimiento de la oposición a la política exterior de España, con motivo de la campaña electoral para las elecciones en este reino, que el jefe de la diplomacia española se pronunció sobre este tema. De hecho, en una entrevista con el diario el español, José Manuel Albares ha vuelto a poner la pelota en el campo argelino por el deterioro de las relaciones entre ambos países. «Lo que queremos de Argelia es respeto mutuo y la no injerencia en nuestros asuntos internos», dijo, reiterando su acusación de injerencia de Argelia en los asuntos internos de España.

El jefe de la diplomacia española ha añadido: “con Argelia queremos unas relaciones basadas en la amistad, porque amistad es lo que el pueblo español tiene con el pueblo argelino”, antes de pronunciarse sobre su visión del futuro de estas relaciones. El ministro se mostró confiado, afirmando que “el beneficio mutuo, la no injerencia en los asuntos internos y el respeto mutuo. Espero que esta amistad entre nosotros prevalezca lo antes posible, como lo es con todos nuestros vecinos”.

Hay que decir que estas declaraciones, que se dan en un contexto de crisis, no harán más que complicar la situación entre ambos países. La nueva posición sobre el expediente del Sáhara Occidental está en el fondo de la crisis, que ha llevado a varias personalidades y partidos políticos de España a reclamar la vuelta a la neutralidad del país sobre el expediente del Sáhara Occidental. Además, el Partido Popular entre los opositores al actual gobierno ha prometido revisar este tema. Incluso dentro de este gobierno, el ministro de Trabajo, que se postulará para presidente del gobierno, ha prometido volver a la posición tradicional de España.