Europa se ha visto azotada por altas temperaturas y numerosas sequías desde principios de verano. España se ve muy afectada por estos fenómenos y está expuesta a un fenómeno sin precedentes: el de las tierras ‘sin vida’.
Las repetidas sequías en España podrían acelerar el fenómeno de las tierras «sin vida» o «áridas». Si el cambio climático parece ser la principal causa de la degradación del suelo en el sur de España, no es la única. Las recientes sequías acentúan un fenómeno que ya está bien establecido.
El clima, pero sobre todo la sobreexplotación industrial, provoca el empobrecimiento del suelo en España. “España no se va a convertir en un desierto, con dunas como en el Sahara, eso es morfológicamente imposible”, confía Gabriel del Barrio, investigador de la Estación Experimental de Zonas Áridas de Almería (Andalucía). Sin embargo, la situación se considera «preocupante» debido a la desertificación y la «degradación del suelo».
«El mar de plástico»
De hecho, el cambio climático provoca un aumento de la temperatura, lo que favorece la evaporación del agua del suelo, sequías e incendios. Además, la intensa actividad agrícola en estas tierras ya empobrecidas drenó a ciertas áreas de la menor riqueza que estas tierras podían proporcionar.
Y no en vano la provincia de Almería se ha convertido en apenas unos años en la ‘huerta de Europa’. Gracias a la explotación de inmensos cultivos en invernaderos en una zona conocida como «el mar de plástico», y gracias a las lonas gigantes que cubren los cultivos, salen miles de toneladas de tomates, pimientos y pepinos, incluso en invierno.
Esta zona de explotación agrícola a ritmo industrial, que se extiende sobre unas 40.000 hectáreas, requiere una capacidad hídrica igualmente enorme. El «mar de plástico» está regado por un manto freático multimilenario que poco a poco se va agotando, explica Gabriel del Barrio. Además, los repetidos períodos de sequía ralentizan el proceso de llenado del nivel freático.
Según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, casi el 75% de España está hoy expuesta a un clima que puede provocar la desertificación, siendo el país más afectado por este fenómeno.
Hacia nuevas prácticas ‘regenerativas’
«La erosión del suelo es hoy el mayor problema para la mayoría de agricultores en España», explicó la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), en referencia a una situación «grave» con «costes económicos» muy importantes.
Para paliar el fenómeno, algunos agricultores han decidido tomar medidas. Dentro de la asociación AIVeIAI, varios agricultores han implementado nuevas prácticas llamadas «regenerativas». Entre los miembros de la asociación, Juan Antonio Merlos se hizo cargo de la finca de sus padres y la reconvirtió al cultivo ecológico, con la esperanza de frenar «la erosión» de la región.
Por ejemplo, utilizan estiércol en lugar de fertilizantes químicos, omiten pesticidas “que matan insectos” y limitan el arado “que daña el suelo”. Juan Antonio Merlos se muestra optimista: “En teoría, pasarán siete años antes de que los resultados de la agricultura regenerativa sean visibles. Pero ya estoy empezando a notar un cambio en el comportamiento del suelo y de los insectos».
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