Esta desaceleración de los precios fue uno de los principales objetivos del gobierno de izquierdas de Pedro Sánchez. España se encuentra ahora en una situación favorable en comparación con sus vecinos europeos.
La inflación se desaceleró significativamente en España en mayo, volviendo al 3,2% en un año, gracias principalmente a la caída de los precios de los combustibles, según una estimación preliminar publicada el martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra, aún por confirmar, es 0,1 puntos inferior a la de marzo (3,3%) y 0,9 puntos inferior a la de abril (4,1%), marcada por una recuperación de la inflación. Permite a España desviarse ligeramente más del máximo del 10,8% alcanzado en julio, un récord desde el inicio de la serie estadística hace 38 años, y acercarse al objetivo del 2% del Banco Central Europeo.
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Según el INE, la desaceleración de mayo se explica por la caída de los precios de los combustibles y, en menor medida, por una subida de los precios de los alimentos menos pronunciada que el año pasado. El Índice Armonizado de Precios al Consumo (IPCA), que permite realizar comparaciones con otros países de la eurozona, subió un 2,9%, o 0,2 puntos menos que en abril (3,1%). La inflación subyacente, que excluye los precios de la energía y se ajusta a las fluctuaciones estacionales, cayó 0,5 puntos hasta el 6,1% interanual.
Una ubicación más cómoda que la mayoría de sus vecinos.
El gobierno de izquierda de España ha multiplicado las medidas fiscales en los últimos 18 meses para apoyar el poder adquisitivo de los hogares, que se ve fuertemente afectado por una inflación que promedió 8,4% el año pasado. A finales de diciembre, anunció la abolición del IVA sobre las necesidades básicas como parte de un paquete de ayuda de 10.000 millones de euros diseñado para detener el aumento de los precios de los alimentos. Esta medida eleva a casi 50.000 millones de euros el importe total de las medidas adoptadas por el Gobierno de Sánchez a lo largo de un año para ayudar a los españoles.
Con esta cifra del 3,2%, España se encuentra en una situación más cómoda que la mayoría de los países vecinos de la eurozona, donde la inflación alcanzó el 7% en abril en un año. Esta dinámica es a menudo mencionada por el gobierno, que se enfrenta a la insatisfacción por la caída del poder adquisitivo, que según los analistas explica en parte la derrota de la izquierda en las elecciones locales españolas del domingo. Esta derrota llevó al presidente del gobierno socialista, Pedro Sánchez, a convocar elecciones parlamentarias anticipadas el 23 de julio, lo que habría sido un mal comienzo para la izquierda.
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