Puigdemont exige a Sánchez la ‘amnistía’ de los separatistas catalanes

El separatista catalán Carles Puigdemont, en rueda de prensa, el 5 de septiembre de 2023 en Bruselas (JOHN THYS)

El separatista catalán Carles Puigdemont fijó este martes las condiciones para un posible apoyo de su partido a la reelección de Pedro Sánchez al poder en España, exigiendo sobre todo «amnistía» para los separatistas perseguidos por los tribunales.

En declaraciones a la prensa en Bruselas, Puigdemont, una figura central en el intento de secesión de Cataluña en 2017, exigió específicamente «el cese completo y efectivo del proceso legal contra el movimiento independentista» a través de «una ley de ‘amnistía’ en evitar nuevas elecciones».

«Ninguna de estas condiciones viola la Constitución (española) y no requiere un largo proceso» en el Parlamento, aseguró el expresidente regional catalán, reclamado por la justicia española y huido a Bélgica en 2017 para escapar de la persecución.

Una vez que se cumplan estas y otras condiciones, como la creación de un ‘mecanismo’ que haga respetar estas demandas, Puigdemont pide la apertura de negociaciones con vistas a alcanzar un ‘acuerdo histórico’ sobre el futuro de Cataluña.

Un acuerdo que, en su opinión, debería concretarse mediante la organización de un referéndum de autodeterminación, que el Gobierno español rechaza por considerar que viola la Constitución española.

“¿Existe otro camino hacia la independencia para asegurar la supervivencia de Cataluña como nación? Todas las pruebas reunidas durante las últimas décadas han demostrado que no es así”, volvió a decir Puigdemont.

– «Voltea la página» –

Pedro Sánchez, que quedó detrás de su rival conservador Alberto Núñez Feijóo en las elecciones parlamentarias del 23 de julio, es paradójicamente quien tiene más posibilidades de reunir una mayoría para ser reelegido primer ministro.

Pero para ello necesita los votos de los siete diputados del partido de Puigdemont, Juntos por Cataluña (Junts per Catalunya), que ya votaron a su candidata, la socialista Francina Armengol, en las elecciones a la presidencia de la República Catalana de mediados de agosto. . Cámara de Diputados.

Impulsado a un inesperado papel de hacedor de reyes, Puigdemont ha sido cortejado por la izquierda desde la votación, como lo demostró el lunes la visita de la número tres del gobierno de Sánchez, Yolanda Díaz, a Bruselas para reunirse con él.

Esta visita fue la primera a Puigdemont por parte de un miembro del gobierno desde su salida de España en 2017.

En respuesta a los términos esgrimidos por el separatista, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, aseguró que un «mundo» le separa de los socialistas y prometió que cualquier «diálogo» se haría dentro «del marco de la Constitución».

Pedro Sánchez, defensor de la reconciliación en Cataluña, indultó a los separatistas catalanes condenados a prisión por su papel en el intento de secesión de 2021, pero se ha pronunciado en contra de la amnistía en el pasado.

Sin embargo, insistió el lunes en que era el momento de «pasar página» sobre los «errores del pasado» cometidos en la gestión de la crisis catalana, sin revelar qué estaba dispuesto a atribuir a los separatistas.

– «¿Quién está a cargo?» –

Las posibles concesiones de Sánchez a los separatistas catalanes fueron criticadas el martes por el ex presidente del gobierno socialista Felipe González, quien dictaminó en radio Onda Cero que «la amnistía y la autodeterminación no eran compatibles con la Constitución».

La derecha y la extrema derecha dispararon alternativamente bolas rojas bajo los términos de Puigdemont.

«¿Quién manda y decide quién será el próximo jefe de Gobierno? Puigdemont», denunció Alberto Núñez Feijóo, en referencia a una «anomalía democrática».

«Las exigencias de Puigdemont (…) son las de un criminal y un prófugo», afirmó el líder del partido ultraderechista Vox, Santiago Abascal.

Como ganador de las elecciones parlamentarias, Feijóo recibió instrucciones del rey Felipe VI de presentar su candidatura al cargo de Primer Ministro al Parlamento a finales de septiembre. Pero sus posibilidades son escasas.

Tras el esperado fracaso del líder del Partido Popular, Sánchez tendría dos meses para intentar conseguir su turno. Si no lo hacía, se convocarían nuevas elecciones, probablemente a mediados de enero.

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