En las previsiones de crecimiento de la prosperidad nacional elaboradas por la OCDE para el año 2023, Italia, España y Grecia están por una vez por delante de Suecia, Alemania y los Países Bajos. Estos dos últimos, defensores de la austeridad, entraron oficialmente en recesión a finales de junio. Se vieron más afectados por el aumento de los precios de la energía, pero también sufrieron su fuerte dependencia de las exportaciones, minada por la desaceleración del motor chino. Las economías de la península italiana y ibérica están menos expuestas a estos acontecimientos y se están beneficiando plenamente de la ayuda europea y de las reformas que han implementado para consolidar sus finanzas públicas.
¿Debemos concluir que los halcones, es decir, los defensores de la ortodoxia monetaria y presupuestaria, a diferencia de las palomas, que son más laxas y más endeudadas, son los «hombres enfermos» del viejo continente? La respuesta no es obvia, advierten los economistas. Reconociendo que hoy la ventaja está más del lado de los países del sur, se mantienen cautos en cuanto a si esto es cíclico o estructural. O ambos.
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