En un informe gubernamental publicado el 12 de septiembre de 2023, España anunció su intención de gastar casi 12 mil millones de euros en el desarrollo de la desalinización de agua de mar o la reutilización de aguas residuales. ¿Para qué? Para compensar la falta crónica de agua en el país, consecuencia del calentamiento global.
Invertir para abordar la escasez de agua
“La crisis climática está provocando sequías cada vez más frecuentes e intensas, y España se encuentra en una situación más vulnerable que otros Estados miembros de la Unión Europea”, subrayaron los Ministerios españoles de Ecología y Agricultura en un comunicado conjunto. Esta situación «requiere una respuesta contundente y eficaz de las autoridades, en la que la inversión pública parece ser un elemento clave», añadió. Calculan con precisión en 11.840 millones de euros el importe para adaptar España a la escasez de agua.
Este importe total, mencionado por primera vez por el Ejecutivo español, reúne las dotaciones ya previstas en el marco de los planes votados en los últimos meses y relativas a las distintas cuencas hidrológicas del país. También incluye medidas adoptadas a la luz de la sequía que el país afronta desde hace dos años, incluida una dotación de 1.400 millones de euros que se liberará en primavera.
Según el gobierno, este dinero se gastará principalmente en el desarrollo de infraestructura para la desalinización y la reutilización de aguas residuales, así como en la mejora del sistema de tuberías para reducir las pérdidas. Además de esta dotación de casi 12 mil millones de euros, se invertirán tres mil millones para estimular el desarrollo de nuevas tecnologías, el ‘big data’ y la inteligencia artificial en la gestión del agua.
La producción agrícola del país se vio muy afectada
En primera línea del calentamiento global, España vive desde 2021 un período de sequía excepcional que las lluvias torrenciales de los últimos días no han podido poner fin. Según el Gobierno, el 27,4% del territorio español se encuentra actualmente en alerta por falta de agua. Esta falta de precipitaciones tiene importantes consecuencias para la producción agrícola, que se espera que disminuya este año, según el ministro de Agricultura, Luis Planas.
Por tanto, la producción de cereales no debería superar los 11 millones de toneladas, frente a los 18 a 24 millones de toneladas en épocas normales. Esto obligará a España a importar mucho más de lo normal para cubrir sus necesidades, afirmó el ministro. A su vez, la producción de aceite de oliva debería mantenerse por debajo del millón de toneladas, mientras que en 2021-2022 había alcanzado los 1,48 millones de toneladas.
AFP
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