¿Es este el comienzo de un nuevo renacimiento? “ Se acerca el momento de contraatacar”confirmó en junio a sus accionistas Masayoshi Son, fundador y presidente de SoftBank, un gigante tecnológico japonés que atraviesa graves dificultades financieras desde 2022. Citando la mejora de sus cuentas, el líder errático prometió una nueva etapa en el desarrollo de un grupo construido a través de inversiones más o menos exitosas en cientos de empresas emergentes consideradas prometedoras.
Y una vez más el señor Son anuncia que ha encontrado la martingala. Esta vez será inteligencia artificial. El futuro de SoftBank, financiador histórico de nuevas tecnologías desde hace más de dos décadas, dependerá de la IA. Ella tiene “He reavivado mis ganas de invertir en tecnología”, explica el jefe. La salida a Bolsa en Wall Street en septiembre de una de sus pepitas de oro, la British Arm, referencia mundial en arquitecturas de microprocesadores y potencial beneficiaria del crecimiento de la IA, será el momento fundamental de esta reactivación.
Es cierto que los resultados del primer trimestre del ejercicio 2023-2024, publicados a mediados de agosto, sugieren cierta apariencia de mejora para SoftBank. En efecto, entre abril y junio las pérdidas ascendieron a 477,6 mil millones de yenes (3 mil millones de euros), mientras que los analistas esperaban un pequeño beneficio de 75 mil millones de yenes. Pero los resultados están mejorando: hace un año, SoftBank y su potente VisionFund registraron pérdidas por 3.200 millones de yenes (20.200 millones de euros) en el mismo período del año.
Saliendo de la adversidad
El grupo con sede en Tokio, que cuenta con 55.000 empleados, busca volver a sus máximos después de caer como tantas veces ha hecho desde su fundación. Y esto sin quebrantar nunca la confianza de Masayoshi Son, de 69 años.mi fortuna mundial, dijo la revista Forbes. Porque el empresario lo tiene todo del ave fénix y muestra un auténtico talento para salir airoso de las adversidades. Nacido en 1957 en Tosu (en la isla de Kyushu, en el suroeste del archipiélago), es el más joven de una familia de coreanos que se estableció en Japón durante el período colonial (1910-1945). Su nombre de nacimiento es Son Jeong-ui. Al elegir un nombre japonés, las personas podrían evitar la discriminación.
Su gusto por los negocios se desarrolló a través del contacto con su padre, quien realizó una serie de creaciones empresariales. Tan pronto como terminó la universidad, su padre vendió soju (Alcohol coreano) contrabando. Luego comenzó a criar cerdos y luego dirigió una sala de pachinko (máquinas tragamonedas japonesas) y un servicio de crédito al consumo.
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