Valencia – “Cuando me miraba al espejo odiaba lo que veía”, confiesa Amparo, 58 años. Originaria de Colombia, ahora vive en Valencia, España, con su hija, yerno y tres nietos.
“Cuando me miré a mí mismo, todos esos recuerdos difíciles de mi infancia volvieron a mí. Esto me envió a un pozo de depresión. Tenemos la impresión de que nada ni nadie podrá salvarnos; que ya no nos queda nada. »
Hace ocho meses estaba esperando frente a la asociación. Por Ti, Mujer (Para ti, Mujer), cuando una amiga nos sugirió que entremos a ver al Dr. Silvia para preguntar.
“Ese día cambió mi vida por completo”, afirma Amparo.
Hace años, enredada en una relación de 12 años y madre de una hija de 6 años, tomó la difícil decisión de separarse.
“Esos fueron años vulnerables en los que me sentí increíblemente vulnerable”, recuerda. “Tenía que quedarme con él y desaparecer lentamente a su lado, o luchar por mí y por mi hija. »
Para entonces, Amparo ya había buscado ayuda, pero fue recibida con rechazo y burla. Con las cicatrices de la confianza que le había dado a la persona que amaba, finalmente encontró el coraje para denunciar el abuso.
“Me hicieron sentir culpable”, dijo. ‘Dijeron que había hecho algo para provocarlo. »
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