El partido centrista ve desaparecer cuatro escaños parlamentarios, pero todavía parece seguro de conservar el poder en esta rica región industrial, poblada por 2,2 millones de habitantes y dotada de enormes capacidades (sanidad, educación, policía, prisiones, etc.).
«El PNV ganó las elecciones» y «asumirá, por tanto, la responsabilidad de la formación del Gobierno regional», afirmó el domingo por la noche el presidente Andoni Ortúzar. Para ello, su partido tendrá que repetir la carta de coalición PNV-PSE (Partido Socialista Español), como ocurre actualmente en Euskadi.
La formación del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, sube al último escalón del podio. El PES es tercero en las elecciones, con doce delegados y 27.500 votos más que en las últimas elecciones de 2020.
Fuerte apoyo entre los jóvenes
“Entramos en una nueva era”, declaró Pello Otxandiano, candidato de EH Bildu, al conocerse los resultados. Seis años después de la disolución de ETA, a la que se responsabilizó de la muerte de más de 850 personas en cuatro décadas de lucha armada, los nacionalistas de izquierda centraron su campaña en cuestiones sociales, la ecología e incluso el feminismo. Al dejar en un segundo plano las reivindicaciones independentistas, estos últimos claramente han logrado convencer a un nuevo electorado. La formación ha logrado avances impresionantes, de 21 a 27 diputados. “Un paso gigantesco”, aplaude Pello Otxandiano.
EH Bildu “habla de cambio climático, feminismo, vivienda y se hace eco de las preocupaciones de los más jóvenes, una generación que empieza a votar y que todavía no ha vivido el terrorismo de ETA”, estima Eva Silvan, politóloga al frente de la consultora Silvan & Miracle firma en el País Vasco.
Vox, una base sólida
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