Afortunadamente, en la capital española se está haciendo todo lo posible para soportar mejor la ola de calor. Los principales ejes peatonales están todos rematados por grandes telas de colores para filtrar los rayos del sol y así bajar la temperatura. «Es fantástico en verano. Entre esta calle sombreada y la plaza a pleno sol de más allá, tenemos entre 6 y 7 grados. Ni las lagartijas se atreven a salir por ahí», observa, divertido, un residente local. A primera hora de la tarde, las calles quedan despejadas de sus caminantes y sus trabajadores. Tan pronto como las temperaturas superan los 35°C, los trabajadores de las obras cambian a horarios especiales. Empiezan más temprano, de 8 a 15 horas, para evitar el calor.
Otra posible solución para encontrar un poco de frescura es el metro que está totalmente climatizado en Madrid. Se ha convertido en el medio de transporte preferido por muchos residentes. «Es un alivio. Te olvidas del intenso calor de la calle», confiesa un viajero que se dirige al Parque del Retiro, una de las islas de frescura de la capital española. Aquí no hay mar, así que nos refugiamos en este pulmón verde, entre puntos de agua, árboles y terrazas a la sombra. «Somos de Arizona y no esperábamos que hiciera tanto calor. Además, cuando volvamos a casa será peor. No hay demora para nosotros»suspiran una pareja de turistas estadounidenses, sentados en la terraza de un café.
«Experto en música. Amante malvado de la cultura pop. Creador sin disculpas. Amigo de los animales en todas partes».