Imagínese si los intelectuales árabes en la era nacionalista de los años 50 y 60 se comportaran como si la Nakba palestina no les concierna. Tal comportamiento habría sido visto como un grave defecto de sus cualidades nacionalistas, o incluso como una conspiración con el enemigo del nacionalismo. No sucedió tal cosa, y los intelectuales nacionalistas árabes se vieron abrumados por un exceso de celo nacionalista, con todo el entusiasmo que pesaba más que sus logros.
Hoy Líbano vive una Nakba. También es un desastre árabe, y tiene implicaciones para la libertad y muchas características del progreso. Sin embargo, el impacto de este desastre en la cultura política árabe, incluido el segmento democrático, es apenas visible. Esto está sucediendo en un momento que fue introducido por las revoluciones árabes con sus demandas de libertad.
La cosa no está exenta de paradojas.
Ciertamente, muchos expresaron un arrepentimiento genuino, sacudieron la cabeza con desaprobación o expresaron tristeza por Beirut. Rara vez, sin embargo, parece haber sido percibido profundamente como un desastre para la libertad, y rara vez se ha notado la magnitud o importancia de este desastre.
Por supuesto, el Líbano no sufre pérdida de territorio ni ocupación extranjera directa.
Sin embargo, lo que se enfrenta es más peligroso…
Nota del editor: Mosaïque es una revista de prensa que ofrece al lector una visión selectiva y rápida de los principales temas tratados por periódicos y medios de comunicación de renombre en el mundo árabe. Las noticias árabes en francés se conforman con una publicación muy concisa, que dirige al lector directamente al enlace del artículo original. La opinión expresada en esta página es la del autor y no refleja necesariamente la de Arab News en francés.
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