Su historia mundial nos lleva a Portugal… donde el Primer Ministro Antonio COSTA presentó anoche su dimisión…

Como exige la Constitución portuguesa, fue transferido al Presidente de la República, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, quien lo aceptó inmediatamente. El resto es por hoy:

Todos los partidos políticos serán recibidos en el palacio presidencial y luego corresponderá al presidente de Sousa convocar nuevas elecciones o pedir a los socialistas que nombren a otro primer ministro.

Para los portugueses fue un verdadero shock cuando, el pasado enero, votaron y reeligieron a António Costa como jefe del país, dándole lo que soñaba: una mayoría absoluta, sin necesidad de aliarse con otros partidos de izquierda.

Fue un caso de corrupción que se apoderó de él…

En realidad, estamos hablando de una letanía de escándalos: en mayo pasado, las sospechas de amateurismo e incluso de malversación de fondos en torno a la compañía aérea nacional TAP obligaron a dimitir a una docena de ministros y secretarios de Estado.

Esta vez es aún más grave: la fiscalía portuguesa está investigando sospechas de corrupción en dos proyectos de extracción de litio, así como las condiciones para la concesión de un centro de datos y licencias para la producción de litio.

Ayer, el sistema judicial portugués emitió 42 órdenes de registro y la policía registró 37 lugares públicos y privados, incluida la residencia oficial del Primer Ministro y dos ministerios: Medio Ambiente e Infraestructuras.

¿Ha habido arrestos?

Actualmente al menos cinco, entre ellos el jefe de gabinete del primer ministro, un alcalde y dos altos ejecutivos de una empresa concesionaria. Todos sospechosos de conspiración ilegal y detenidos por temor a conspirar o intentar huir del país.

También hay acusaciones fuertes, como las del ministro portugués de Infraestructuras, João Galamba, y del director de la Agencia Portuguesa de Medio Ambiente, que aprobó la mayoría de estos proyectos mineros e industriales.

De hecho, las protestas en el país llevan meses aumentando, especialmente contra estos proyectos mineros, mientras Portugal cuenta con las primeras reservas de litio de Europa. Una gran parte de la población no lo quiere, los ecologistas locales luchan contra ello.

Pero volviendo al Primer Ministro… o más bien al ex Primer Ministro… Antonio COSTA… ¿de qué se le acusa?

Nada aún ! Pero este despido es también un duro golpe para toda la izquierda europea. Los socialistas o socialdemócratas de todo el continente están a la deriva: en Alemania, el SPD de Olaf Scholz está en el gobierno, pero está cayendo en picado en las encuestas.

En España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, todavía no ha logrado formar gobierno tres meses y medio después de las elecciones; en el norte de Europa sólo gobiernan en Dinamarca y, finalmente, en Italia el Partido Demócrata está en el nivel más bajo.

Portugal y su primer ministro socialista, reelegido hace menos de dos años con mayoría absoluta, eran, pues, en cierto modo la esperanza y el horizonte de esta desesperada izquierda europea. Hoy, incluso ese rayo de luz se ha apagado en la oscuridad electoral.