Argelia ha cancelado sin explicación la visita a Argel del ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Oficialmente, la única excusa dada por las autoridades argelinas sería la de “motivos de agenda”, pero la cancelación ciertamente tiene motivos ocultos.
Si bien se esperaba que el jefe de la diplomacia española se reuniera el lunes con su homólogo argelino para pasar finalmente página sobre una crisis diplomática entre ambos países, Argelia sorprendió a España cerrándole la puerta en las narices.
Después de casi dos años de crisis diplomática provocada por el enfado argelino por el acercamiento entre España y Marruecos, es Argelia la que ha tenido que retroceder y mantener un perfil bajo para reconciliarse con su vecino ibérico.
Nadie en el Ministerio de Asuntos Exteriores español pudo explicar a última hora de la tarde del domingo los motivos de la repentina cancelación de la visita del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, a Argelia, informaron medios españoles.
El jefe de la diplomacia española fue invitado este lunes por su homólogo argelino Ahmed Attaf. Excepto que esta cancelación de último momento y el compromiso roto sin motivo válido está creando más tensiones entre los dos países, incluida la desconfianza por parte española.
Ante este giro sin precedentes de los acontecimientos, parece que Argelia todavía no ha pasado página de la crisis, aunque es la parte que la provocó y la que puso fin a ella restringiendo la reanudación del comercio marítimo bilateral.
Recordemos que la crisis se remonta a marzo de 2022, directamente con el apoyo español al plan marroquí de autonomía en el Sahara. Argelia rompió el tratado de amistad con España vigente desde 2002 y retiró a su embajador en Madrid, desencadenando una crisis que afectó principalmente al comercio y al suministro de gas.
Tras un año y medio más de deshielo de las tensas relaciones, propiciado por el regreso del embajador argelino a su cargo en diciembre, y la reanudación del comercio bilateral, la crisis se resolvería finalmente oficialmente con el viaje de Albares a Argel.
La reacción de Argelia podría explicarse por la absoluta falta de voluntad de Madrid de cambiar su posición sobre la cuestión del Sáhara. Argelia había provocado su crisis diplomática con España, con la esperanza de presionar a su vecino ibérico para que revocara su decisión de apoyar a Marruecos y su plan de autonomía sahariana.
El comercio bilateral se ha congelado, recordó un embajador, los canales de comunicación se han interrumpido, las relaciones entre ambos países se han visto afectadas por Argel, que se ha vuelto contra el remitente.
Medios e incluso voces oficiales en Argelia han intentado restar importancia al contenido de la nueva posición de España sobre el Sáhara, que expresa claramente su apoyo a la soberanía de Marruecos sobre sus provincias del sur. El Palis d’Al Mouradia incluso esperaba que esta posición cambiara con la salida del jefe de Gobierno, Pedro Sánchez, pero en un giro espectacular de los acontecimientos, Sánchez, que estaba cerca de la salida, revirtió la situación y volvió a nombrar encabeza el ejecutivo español.
Lo que los generales responsables en Argelia ignoran o más bien ignoran es que la decisión de Madrid no se conformó con la posición de un gobierno o del jefe de gobierno, sino con la posición del Estado español. Los ministros y funcionarios españoles, por su parte, expusieron posiciones favorables a Marruecos y destacaron las excelentes relaciones entre ambos países.
El viernes, el Ministro del Interior español, Fernando Grande-Marlaska, emitió una declaración muy positiva sobre Marruecos en la cadena de televisión pública TVE, suficiente para provocar una vez más reacciones instintivas en Argelia.
“La cooperación entre Marruecos y España es ejemplar. Somos socios cercanos, fiables y leales desde hace mucho tiempo”.dijo el ministro español.
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