“En 50 años, la fecha de cosecha se ha adelantado un mes”, advierte Carine Magot, responsable del departamento de viñedos de la cooperativa. Los Vignerons de Buzet buscan soluciones para combatir el calentamiento global. 160 viticultores y 90 empleados componen esta cooperativa que produce vino en 1.950 hectáreas (ha), en la vertiente sur del valle del Garona. Desde hace unos ocho años, ha comenzado una serie de experimentos, “para tratar de responder a esta pregunta: ¿Cómo puedo seguir haciendo vides en 50 o 100 años? ‘, dice Carine Magot. Por eso se ha creado un viñedo experimental de 17 ha.
Con hierba hasta las rodillas, el camino no es fácil. «Son muchos y no nos importa», bromea el gerente. Y no es por nada que los Vignerons de Buzet practican la cobertura vegetal del suelo, también llamado el uso de «cobertura vegetal». El suelo está lleno de hierbas y plantas. Todos tienen un papel muy específico. Carine Magot se agacha para cortar una y explica: “Es haba, devuelve nitrógeno a la vid, sin el uso de productos químicos. Y en general, “cuanta más biodiversidad haya en un ecosistema, más podrá encontrar por sí mismo una solución a un problema”.
Para más y más biodiversidad, los Vignerons de Buzet practican la agrosilvicultura. «Hicimos bloques de seis hileras de vides y se plantaron árboles entre cada bloque», muestra el gerente. Y dependiendo de cómo se planten los árboles, también pueden proporcionar “un efecto cortavientos o de sombra”.
La mayoría de las vides se plantan en un hábito muy vertical con una fuerte exposición al sol. Pero en esta trama de «nueva era» es diferente: «La puerta colgará», explica Carine Magot. Los trusses pueden entonces estar a la sombra gracias al propio truss, que también es más alto «para verse menos afectado por las fluctuaciones de temperatura». Por lo tanto, el microclima alrededor de las uvas se rediseña por completo.
Para reflexionar sobre estas innovaciones, la cooperativa se basó en escenarios del IPCC, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático. “Creen que el clima en Buzet será similar dentro de 50 a 100 años al del sur de España hoy”, dice el gerente. Así que aquí, en el corazón de Lot-et-Garonne, ya se están cultivando nuevas variedades de uva más mediterráneas: tempranillo (española), nielluccio (italiana), marselan, syrah, para analizar su resistencia en el futuro.
Habrá que tener paciencia para medir el impacto real de estas innovaciones. Pero sus experimentos ya son de interés para toda la profesión y han sido premiados en dos ocasiones, por adaptación al cambio climático y compromiso cooperativo con la transición ecológica. Carine Magot está encantada: “Da credibilidad a nuestros proyectos, demuestra que vamos por el buen camino y que debemos continuar. »
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