Esta tasa es dos veces mayor en Italia, alrededor de seis veces mayor en Alemania -un país que registró un récord de nuevas infecciones el jueves con más de 50.000 casos en 24 horas- y 12 veces mayor en Gran Bretaña. Una situación «positiva» que el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, saludó este miércoles en el Parlamento, afirmando que tiene «más de un motivo de satisfacción por lo que está sucediendo» en los países vecinos.

Clima más templado

En España, donde la población es mucho menos reacia a vacunarse que en otras partes de Europa, el 79% de los residentes han sido completamente vacunados, en comparación con el 67% en Gran Bretaña y Alemania. Y casi todos los mayores de 70 años (99%) lo son, un porcentaje superior al de Francia o Italia, gracias a una campaña de vacunación que siguió estrictamente la pirámide de edad. “Esta priorización provocó un comienzo lento, pero al final tuvo mejores resultados a largo plazo”, explica Iñaki Comas, investigador del Instituto de Biomedicina de Valencia.

También influye el clima más suave, que permite a los españoles todavía verse fuera o comer en la terraza, añade. Y aunque no ha habido restricciones sobre el número de personas que pueden reunirse durante un mes y se ha reanudado la vida nocturna, las mascarillas siguen siendo obligatorias en interiores. Pero los expertos advierten de una reanudación de los contagios debido a la llegada del frío y al mal tiempo, al hecho de que la protección que ofrecen las vacunas disminuye con el tiempo y a los riesgos que plantean las nuevas variantes.

¿Un pico a finales de año?

«Estos tres factores crean un caldo de cultivo perfecto para el coronavirus», explica Iñaki Comas, según quien España está «entrando en una fase crítica». “Sabemos cómo se transmite el virus. Cuando llega el frío y cae la noche más temprano, tendemos a quedarnos dentro de casa y ahí es donde se propaga el virus”, dijo César Carballo, médico de urgencias del Hospital Ramón y Cajal de Madrid.