En España, la empresa pública de ferrocarriles Renfe ha encargado 31 nuevos trenes regionales, que parecen demasiado anchos para circular por túneles. Un error garrafal que costará mucho dinero.
“Una obra monumental de trabajo sucio. ¡Espero que rueden cabezas!. Estas son las palabras de Miguel Ángel Revilla, presidente del gobierno regional de Cantabria, provincia del norte de España. Palabras para describir el asunto que ha conmocionado a España estos últimos días y provocado muchas risas en las redes sociales.
En 2020, Renfe, la empresa pública ferroviaria española, encargó 31 nuevos trenes regionales al fabricante CAF, con el objetivo de renovar la flota ferroviaria de 40 años en Cantabria y Asturias.
Una operación que costó 258 millones de euros y que tuvo un desenlace cuanto menos insólito. Al parecer se había producido un error de cálculo en las especificaciones y se decía que los trenes en cuestión eran demasiado grandes y, por tanto, demasiado anchos para circular por los túneles del país.
Trenes demasiado grandes, el costoso error
Posteriormente, la ministra española de Transportes, Raquel Sánchez, anunció la dimisión del ex responsable de gestión de materiales de Renfe en el momento de la orden, así como la del responsable de inspección y tecnología ferroviaria de Renfe, ADIF, el operador de la red ferroviaria.
Así que rodaron cabezas a pesar de que el fabricante notó el error durante el diseño de los trenes. El pedido debería entregarse en 2024, pero al final los nuevos trenes llegarán con dos o incluso tres años de retraso.
Un error de cálculo que supone, por tanto, importantes costes adicionales para una operación ya de por sí muy costosa para una cotizada. De los 258 millones de euros, 150 millones habían sido financiados por la Unión Europea, que por supuesto había exigido responsabilidad al gobierno español.
En esta ocasión Renfe puso a disposición del fabricante uno de sus antiguos trenes, para evitar errores de medición. Mientras tanto, los usuarios de Cantabria y Asturias seguirán dependiendo de los viejos trenes locales, que a menudo se averían.
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