El gobierno socialista de Pedro Sánchez escucha las lenguas regionales en el Congreso español. Los socios se expresarán en el idioma de su elección y se habilitará un servicio de traducción. España propondrá que se tome la misma medida en los parlamentos europeos.
Es una pequeña revolución: los diputados españoles pronto podrán hablar catalán, euskera, gallego e incluso occitano en el Congreso de los Diputados de Madrid. Respaldada por la izquierda y los partidos regionalistas, la reforma del régimen parlamentario, que pronto será votada, entrará en vigor el 26 de septiembre, durante una primera sesión de nominación -sin duda condenada al fracaso- del candidato conservador Alberto Núñez Feijóo.
En concreto, durante sus intervenciones orales o escritas, cada diputado tendrá la oportunidad de utilizar su lengua materna, si es cooficial en alguna de las comunidades autónomas del país. Los demás diputados al Parlamento Europeo podrán utilizar el servicio de traducción, según el mismo principio que en el Parlamento Europeo. Se estima que casi un tercio de los españoles domina una lengua distinta al castellano. Pero entre ellos, el catalán es principalmente el que pronto escucharemos en Madrid, ya que casi 85 de los 350 diputados lo hablan.
La pluralidad nos enriquece
«Quiero mostrar mi compromiso con el catalán, el euskera, el gallego y la riqueza lingüística que aportan estas lenguas»anunció a mediados de agosto la nueva presidenta socialista del Parlamento español, la mallorquina Francina Armengol. «La pluralidad nos enriquece y es esa pluralidad la que nos acerca a la España real, llena de colores y matices».
Esta reforma, reivindicación histórica de los nacionalistas vascos y catalanes, está siendo aplaudida desde La Coruña hasta Barcelona pasando por San Sebastián. En la isla de Mallorca, donde también se habla catalán, Tomeu Llorca, un profesor jubilado, está encantado. «¡Es muy positivo! España tiene varias lenguas oficiales: entonces también son lenguas españolas. Me parece muy normal que podamos utilizarlas en el Congreso».
Con esta reforma, la izquierda envía un mensaje a su electorado periférico, el que vive lejos de Madrid. Pero es también un cálculo y un gesto muy político que pretende seducir a los diputados separatistas. Para hacerse con la candidatura y seguir al frente del Gobierno, Pedro Sánchez necesita el voto positivo de los diputados catalanes de la formación de Carles Puigdemont.
Francia vetará a Europa
Además de esta reforma, Sánchez, que preside este semestre el Consejo de Europa, ha pedido que el euskera, el catalán y el gallego se conviertan en lenguas oficiales dentro de las instituciones europeas. Pero será difícil que esta petición tenga éxito: Francia seguramente la vetará.
Pero el uso de lenguas regionales en el Congreso no es unánime: la derecha se opone. «No es muy útil»respondió el gallego Alberto Núñez Feijoo, líder del Partido Popular. «Nos obligan a renunciar al idioma común en el que todos nos entendemos, al perfil de oyentes con traductores». El Congreso tendrá que contratar intérpretes Lo siento funcionarios electos para quienes los debates probablemente serán más largos y difíciles. «Sólo los tontos utilizan un lenguaje que su interlocutor no entiende», se lamenta un internauta en X, donde el tema es controvertido. «Naturalmente Costará un tiempo acostumbrarse, pero en Naciones Unidas, por ejemplo, a nadie le sorprende que haya un sistema de interpretación simultánea y que cada uno hable su propio idioma, ¿verdad?señala Tomeu Llorca.
Además del catalán, el occitano también ganará un pequeño lugar en Madrid: por primera vez desde el retorno de la democracia, el Congreso cuenta en sus filas con un diputado de la Val d’Aran.
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