La polémica sobre la gestión del agua en torno al Parque Nacional de Doñana en Andalucía es interminable. Catalogada por la Unesco desde 1994, esta reserva de humedales, una de las más importantes de Europa, está en el centro de las noticias españolas.
Debilitado por décadas de extracción de agua para apoyar la agricultura intensiva (particularmente el cultivo de fresas) y el turismo, también se ve socavado por la actual sequía que azota al país.
El 12 de abril, el ejecutivo autonómico, en manos de los conservadores del Partido Popular (PP, tradicionalmente de derecha), envenenó los debates al presentar un proyecto de ley destinado a regularizar hectáreas de cultivos agrícolas ilegales en el norte de Doñana. El partido de extrema derecha Vox apoya la iniciativa.
Aproximación “beneficiará a cientos de explotaciones”, que legalmente recibirían agua para sus cultivos, el generalista explicó a diario El Pais, 16 de abril “A las actuales 9.400 hectáreas de regadío legal, la ley añadiría otras mil, aunque la cifra es un cálculo pericial y el texto no lo describe en detalle”, señaló el diario de centroizquierda.
Sin embargo, en el lugar «La situación es extremadamente grave», se alarma el sitio de g
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