El expresidente peruano Pedro Castillo fue arrestado el miércoles 7 de diciembre, luego de ser despedido ese mismo día.
Ansioso por evitar una moción de impedimento en el parlamento, había anunciado, en «un discurso sorpresa», su disolución y toque de queda declarado en todo el país, reportalo tiempos peruanos. Pero «rápido» después de este «autogolpe», en palabras del sitio, 101 de los 130 parlamentarios votaron para acusar al líder izquierdista por «impotencia moral».
«Según los constitucionalistas», escribir Administración, la disolución del parlamento por Pedro Castillo «sin base legal» y lavar «inconstitucional».
Dina Boluarte, hasta ahora vicepresidenta, fue entonces juramentada como nueva presidenta de Perú y se convirtió así en «la primera mujer» para liderar este país latinoamericano, Alivio la republicana.
“Antes de la ceremonia de juramentación, se informó que el expresidente había sido (detenido y) llevado a una comisaría de Lima”, señalado Diario Correo.
Crisis política agravada
La nueva presidenta no pertenece a ningún partido desde que fue expulsada de Perú Libre en enero pasado. “después de los desacuerdos públicos con el fundador y el secretario general [de la formation]Vladimir Cerron”, marcado el comercio.
En su primer discurso, el Sr.yo boluarte “se compromete a volver a encarrilar al país, sumido en una crisis política que se ha agudizado en los últimos meses”, resumir la vida cotidiana. y combatir la corrupción, «una promesa eternamente rota», comentario en el periódico. También se distanció de Pedro Castillo a pesar de tenerlo «Apoyó casi hasta el final de su mandato».
«Deja Vu»
Llegó la caída del señor Castillo “después de meses de inestabilidad” política y uno “acumulación de investigaciones por corrupción” imputado contra el ahora exjefe de Estado, para recordar El Pais.
Su nombramiento el 28 de julio de 2021 tuvo impacto, porque fue “la primera vez que un maestro fue juramentado como presidente” de Perú, calca el diario español. “El exlíder sindical entonces, con su sombrero de palma puesto y su mano en la Biblia, se comprometió a transformar un país fracturado y profundamente polarizado luego de unas elecciones que lo enfrentaron contra los [candidate de] cierto Keiko Fujimori. Desde ese día, sin embargo, no solo se agudizó la espiral de inestabilidad, sino que el Perú también vivió un período de ausencia de liderazgo político, que terminó el miércoles con la renuncia y detención del presidente”.
Los medios expresan su sentido de «deja Vu». Porque “Todos los expresidentes del país andino vivos desde 1990 están investigados por corrupción o están presos, juzgados, bajo arresto domiciliario o han sido extraditados”.
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