Los científicos declararon oficialmente la erupción en La Palma de España el sábado, que interrumpió la vida de miles de personas que respiraron en las vidas de miles de personas casi 100 días después de que el volcán Cumbriy Vieja comenzara a arrojar lava, rocas y cenizas.
Luego de que el volcán entrara en erupción el 19 de septiembre, la calma cayó abruptamente el 13 de diciembre, pero las autoridades, advirtiendo para no generar falsas esperanzas, lo pospusieron hasta el día de Navidad para darlo todo.
«Lo que quiero decir hoy se puede decir en cuatro palabras: se acabó la erupción volcánica», dijo el sábado en rueda de prensa Julio Pérez, jefe de seguridad regional de Canarias.
Durante la erupción, la lava se derramó por la ladera de la montaña, inundando casas, iglesias y las numerosas plantaciones de banano que constituyen casi la mitad de la economía de la isla. Aunque la propiedad fue destruida, nadie murió.
Todo indica que la erupción se está quedando sin energía, pero no descarta una reactivación en el futuro, dijo María José Blanco, directora del Instituto Geográfico Nacional de Canarias.
Larga reconstrucción en el futuro.
La lava, que ahora cubre unas 1.219 hectáreas, ha destruido unas 3.000 propiedades, el equivalente a 1.500 campos de fútbol, según el recuento final de emergencia.
De los 7.000 evacuados, la mayoría ha regresado a casa, pero la mayoría de las casas restantes están inhabitables debido a los daños causados por las cenizas. Con muchas carreteras cerradas, algunas granjas ahora solo son accesibles por mar.
Entre los desalojos forzosos, la pareja alemana Jacqueline Rehm y Jürgen Doyles huyeron de su casa alquilada en el pueblo de Toddock y abordaron su pequeño velero durante siete semanas.
«No pudimos salvar nada, no pudimos salvar nada, ninguno de los muebles, ninguno de mis cuadros, ahora están todos cubiertos de lava», dijo Rehm, de 49 años, y agregó que se mudarían a la cercana Tenerife. después de Navidad.
«No estoy seguro de que realmente haya terminado. No confío en este monstruo en absoluto».
El rugido volcánico que recordaba constantemente a la erupción puede haber disminuido y los isleños ya no necesitan usar paraguas y gafas protectoras para protegerse de las cenizas. Pero todavía hay una gran limpieza en marcha.
El gobierno ha prometido más de 400 millones de euros para la reconstrucción, pero algunos residentes y empresas se han quejado de la lenta llegada de los fondos.
Ver fotos de las explosiones en septiembre y octubre:
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