Lo mínimo que se puede decir es que al Papa actual le gusta ir contra la corriente: mientras una oleada de conservadores acaba de azotar a España en las últimas elecciones autonómicas, es contra el episcopado conservador que el Papa romano inició las hostilidades.
Madrid se considera un elemento importante en la geopolítica eclesiástica vaticana, tanto que el arzobispo titular de esta venerable sede es considerado un referente para el mundo hispanohablante.
Un mundo marcado -especialmente en España- por un conservadurismo entre el clero y los obispos, que el Papa Francisco ha querido controlar y suprimir desde el inicio de su pontificado: ya en 2014, el Papa argentino había nombrado al Arzobispo de Madrid uno de sus fieles lugartenientes, obispo Carlos Osoro Sierra.
El llamado «François español», que fue hecho cardenal dos años después, trató de marginar a la franja conservadora y apoyar el reformismo y la vía sinodal deseada por su maestro, no sin encontrar numerosas resistencias.
Pero cuando el alto prelado alcanzó el límite de edad, tuvo que trasladarse, y la cuestión de encontrar un prelado lo suficientemente «bergoliano» para no destruir la obra de su predecesor se volvió apremiante. .
Basado en “fuentes expertas” citadas por los medios Religión Confidencialla decisión de nombrar a monseñor José Cobo como arzobispo de Madrid puede haber sido fruto de la voluntad personal del papa Francisco.
Porque el proceso habitual vuelve a parecer cortocircuitado: después de la consulta diocesana, el nuncio en España había enviado a Roma una «terna», una lista de tres nombres bajo los cuales el Dicasterio para los Obispos debía elegir, tradicionalmente respaldada por el soberano. papa.
En esta terna no aparecía el nombre del obispo Cobo: estaban NNSS Mario Iceta, arzobispo de Burgos, Francisco Cerritos, arzobispo de Toledo, y Jesús Sanz Montes, arzobispo de Oviedo.
Tras conocer esta «terna», el Papa la rechazó. Se relanzó el proceso y surgieron otros nombres: Mons. Luis Argüello, arzobispo de Valladolid -que contó con el apoyo del secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin-, Fernando Valera, obispo de Zamora, y José Cobo. Es este último el que el Papa argentino eligió directamente, sin pasar por el Dicasterio para los Obispos.
Nacido en Sabiote (Andalucía) el 20 de septiembre de 1965, el nuevo arzobispo de Madrid siempre ha sido considerado un sacerdote progresista en la diócesis -ausencia de un párroco atípico en el cargo, prioridad dada a las cuestiones migratorias- y su nombramiento como asistente El abogado El obispo de Madrid causó revuelo hace unos años.
Dada su edad, Monseñor Cobo estará probablemente al frente de la diócesis de Madrid durante unos veinte años: tiempo suficiente para dar forma a una iglesia acorde con los deseos de la hueste de Santa Marta. Pero la resistencia dentro del clero podría ser numerosa, sobre todo porque el nuevo prelado, aunque conoce bien Madrid, no tiene experiencia en la gestión de una diócesis tan grande.
No hay duda de que su ascenso a cardenal en el próximo consistorio le da algunas cartas extra para cruzar espadas con grupos conservadores, desde el Opus Dei hasta los Legionarios de Cristo.
«Nerd de la televisión. Apasionado especialista en comida. Practicante de viajes. Gurú de la web. Adicto a los zombis. Fanático de la música sin disculpas».