Un movimiento un tanto ridículo. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y su Colegio de Comisarios viajaron este lunes a Madrid para inaugurar la nueva presidencia española del Consejo de la UE, en presencia del primer ministro Pedro Sánchez. El socialista, cuyo país llevaba las riendas de la institución en 1oh July pasó seis meses anunciando a la prensa sus principales prioridades políticas. En el menú: apoyo a Ucrania, “la reindustrialización de Europa”, «depósito» la transición verde, así como la política social de la Unión Europea (UE), que aún está en pañales. Problema: en realidad, no es nada seguro que Pedro Sánchez pueda usarlos. El 23 de julio se celebrarán en España elecciones parlamentarias anticipadas, que él mismo convocó.
A estas alturas, las encuestas dan como ganador al Partido Popular (conservador) de su rival Alberto Núñez Feijóo, con un margen bastante cómodo. Esta vaga situación no deja de preocupar a Bruselas. Sobre todo porque la nueva presidencia rotatoria, que debe, entre otras cosas, fijar la agenda de las reuniones ministeriales y llegar a compromisos, interviene en un momento determinado. «momento crucial» para la UE, como reconoció Ursula von der Leyen el lunes. La presión es muy alta para implementar las decenas de textos legislativos que aún están en discusión antes de las elecciones europeas de mayo de 2024. Incluyendo: la revisión del Pacto de Estabilidad, la revisión del presupuesto europeo, la supervisión de la inteligencia artificial (IA), la directiva sobre el deber de vigilancia o incluso, en el aspecto financiero, la “Estrategia de inversión minorista”.
La extrema derecha, preocupada en Bruselas
Frente a estos importantes desafíos, la falta de liderazgo político en Moncloa corre el riesgo de convertirse en un obstáculo, especialmente si continúa más allá del verano a través de negociaciones entre partidos para formar una coalición de gobierno. La perspectiva de que el partido de extrema derecha Vox entre en el gobierno como socio de coalición, probable según las últimas encuestas, está aumentando la preocupación entre las instituciones de la UE. “No es la primera vez que se celebran elecciones durante una presidencia”Pedro Sánchez puso las cosas en perspectiva el lunes. “En este momento, las elecciones no están desestabilizando las negociaciones actuales. La nueva presidencia nos ha dado una palabra clave: ‘mantén la calma y sigue adelante’”.indica un diplomático de Bruselas de otro país.
intermediario neutral
Por ejemplo, el representante permanente de España ante la UE, Marcos Alonso Alonso, quiere ser tranquilizador. “El papel de una presidencia rotatoria es ser un intermediario neutral. En lo que respecta a los expedientes legislativos, [les élections] no tendrá mucho impacto”, dijo al medio Politico el 22 de junio. A priori, los equipos diplomáticos españoles en Bruselas no deberían cambiar con el Gobierno, lo que es garantía de estabilidad.
Al mismo tiempo, la llegada de la derecha y la extrema derecha al poder en Madrid desafiaría sin duda las agendas sociales y verdes de la actual potencia socialista, y el partido Vox no oculta su escepticismo climático. Finalmente, si se confirma la tendencia de las encuestas del 23 de julio, España podría perder a dos ministros particularmente influyentes en el escenario europeo. Durante la transición ecológica, Teresa Ribera se hizo conocida por su fuerte reticencia a bajar el tono de la ambición de los textos climáticos. En el ámbito de Economía, la excomisionada Nadia Calviño es especialmente una firme defensora de la regulación de la IA.
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