Las redes entre Francia y Marruecos están en declive

“Marruecos en el corazón. » El 9 de septiembre, en la cálida noche de otoño parisina, las letras luminosas brillaban en la fachada del Instituto del Mundo Árabe. Una compasión resplandeciente a orillas del Sena. “Una ola de cariño” Para el «gente amistosa» de Marruecos, explicó Jack Lang, presidente del Instituto, al día siguiente del terremoto que destruyó el Alto Atlas, cerca de Marrakech. Jack Lang, como muchos otros como Bernard-Henri Lévy, Gad Elmaleh, Jamel Debbouze, Rachida Dati, Nicolas Sarkozy, Dominique de Villepin, Dominique Strauss-Kahn (DSK), Tahar Ben Jelloun, de ascendencia marroquí o «amigos de Marruecos». –algunos conocen los encantos de Marrakech– mostraron con emoción en los medios su solidaridad con los marroquíes de luto.

Sobre todo, rechazaron cualquier controversia sobre la entrega de la ayuda o la negativa de Rabat a aceptar la oferta de ayuda de París. Sobre todo, calmar las preguntas. La paradoja es sorprendente.

Además de una simpatía más que natural en el drama, el terremoto en el Alto Atlas confirmó la sostenibilidad en Francia de una verdadera red política, económica y cultural, simpatizante del Marruecos oficial: “Mohammed VI es un gran líder” (Nicolas Sarkozy, 13 de septiembre, en BFM-TV), “Mohammed VI actuó con la rapidez adecuada” (Bernard Henri-Lévy, op. Punto del 14 de septiembre). Sin embargo, esta corriente no conduce o ya no conduce a la cima del estado.

No logró evitar el estallido de una grave crisis entre los dos países. Emmanuel Macron y el rey Mohammed VI ya casi no se hablan. La anunciada visita del inquilino del Elíseo a Marruecos ha sido aplazada indefinidamente. Y en Rabat, la prensa cercana al régimen ataca diariamente al presidente francés con un veneno poco común.

Lea el informe: Artículo reservado para nuestros suscriptores. En Marrakech, las polémicas sobre las ayudas son molestas: “Honestamente, los franceses, ¿por quién nos tomáis? »

El cisma político entre las dos capitales, paradójicamente exacerbado por el terremoto, revela el agotamiento de las estrategias de influencia que el reino Cherifiano ha desplegado hasta ahora entre la clase política y mediática francesa. Un resorte pareció romperse. Está muy lejos de los días en que Jacques Chirac meditaba con preocupación casi familiar sobre el joven rey Mohammed VI, que llegó al trono en julio de 1999. Antes de desaparecer, su padre, Hassan II, había pedido a Chirac, que siempre le consultaba sobre cuestiones de El mundo árabe debe velar por el heredero al trono, afirma Jean-Pierre Tuquoi, ex periodista del Mundoen su trabajo Su Majestad, le debo mucho a su padre. Francia-Marruecos, una historia de familia (Albin Michel, 2006). Seguíamos en la cálida complicidad que habíamos heredado de “Françafrique”.

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Martita Jiron

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