Axel Allag, Media365, publicado el miércoles 28 de febrero de 2024 a las 20:51
Dominados en gran medida por una España claramente superior, los blues perdieron en la final de la Liga de las Naciones (2-0), perdiendo la oportunidad de ganar su primer trofeo en una competición internacional.
Les espera el primer título continental de la historia de Les Bleues. Este miércoles por la tarde en La Cartuja (Sevilla), la marcha fue demasiado alta para los jugadores de Hervé Renard contra el campeón del mundo español, que añadió un segundo título internacional a su palmarés tras el Mundial del pasado verano. Ante más de 32.000 espectadores, el partido transcurrió como se esperaba, con un dominio local muy importante, sobre todo en la posesión del balón, que al descanso se situaba en un 63%. Como era de esperar, la primera ocasión fue favorable a la Roja, con el central de Caldentey y el disparo de Paralluelo desviado por la intervención de Henry y Mbock (8º).
Un mundo de diferencia entre ambos equipos
En cuanto a las reanudaciones, los ‘bleus’, perjudicados por la alta presión de España, mostraron importantes deficiencias técnicas, multiplicando las imprecisiones durante más de 25 minutos. En el minuto 26 la primera sensación llegó con los goles de Peyraud-Magnin, con un cabezazo de Paredes que se estrelló en el poste. De hecho, Francia nunca pareció capaz de preocupar a una Roja a la que no necesitaba que le pidieran que cristalizara su superioridad con el primer gol de Aitana Bonmati.. El Balón de Oro 2023, encontrado en el eje del área penal por un centro tenso de Olga Carmona, empujó el balón a la red superando a Karchaoui y Mbock (1-0, 26.). Poco antes del descanso, un cabezazo de Aleixandri se fue al exterior de la portería (45+1).
En el lado ofensivo fue difícil encontrar algo positivo ya que las asociaciones se redujeron a nada o casi. Sin ideas, las blues iniciaron el segundo acto llenas de ganas, como lo demuestra el primer disparo, junto a la portería, de Elisa De Almeida (48º). La Roja logró rápidamente tomar el descanso, con la actuación de Mariona Caldentey, que, a pesar de la presencia de 4 jugadores azules a su alrededor, atrapó un balón en el área (2-0, 53). La doble sustitución que realizó Hervé Renard con la participación de Dalí y Cascarino (58º) no cambió la situación, ya que España tenía el control en todos los registros. El campeón del mundo, decidido a no desperdiciar nada, ganó con toda lógica esta primera edición de la Liga de las Naciones. A cinco meses de los Juegos Olímpicos, las blues, que nunca habían perdido en trece partidos oficiales contra la Roja, supieron determinar el camino a seguir y convertirse en referentes en el panorama mundial del fútbol femenino.
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