Las relaciones entre Marruecos y España han mejorado significativamente. Los dos países han firmado varios acuerdos de cooperación y buena vecindad. Sin embargo, el estatus de los dos enclaves españoles de Ceuta y Melilla sigue siendo una espina clavada en estas relaciones. Marruecos sigue reivindicando estos enclaves y España los considera una línea roja que no debe traspasar.
La crisis por este tema se viene gestando entre ambos países desde hace varias semanas. Primero fue el episodio con declaraciones de la vicepresidenta de la Comisión Europea encargada de Migraciones, Margaritis Schinas, quien habló sobre los enclaves españoles y la forma en que se gestiona la inmigración desde estas dos ciudades autónomas. Un episodio seguido de una protesta marroquí reivindicando estas zonas y luego de la protesta española contra Marruecos. Efectivamente, España no apreció en absoluto las protestas marroquíes. El país ha enviado una nota a la embajada de Marruecos en Madrid para reafirmar que estos dos enclaves son y seguirán siendo españoles.
España, por tanto, encuentra poco amistosa la obstinación de Marruecos en reclamar estos dos enclaves. Sin embargo, el Reino de Cherifian no permaneció inactivo. Sigue presionando a España. Optó, por tanto, por frenar los acuerdos con España que situaban a este reino en una actitud de reconocimiento indirecto de la soberanía española sobre Ceuta y Melilla.
En efecto, los dos países han trazado una nueva hoja de ruta para abrir una aduana comercial en Ceuta por primera vez en la historia de sus relaciones. Marruecos ha tardado en establecer estas costumbres, creyendo que aceptar estas fronteras supondría reconocer que este enclave pertenece a España y renunciar a la reivindicación de las dos ciudades autónomas como parte de su territorio.
Marruecos solo respeta lo que le conviene
Por ejemplo, 15 meses después de la firma del acuerdo, solo se han realizado 3 operaciones de exportación desde España y una única operación de importación desde Marruecos. Para los observadores, la contradicción del Reino de Marruecos radica principalmente en la aplicación del acuerdo en el que España ha cambiado oficialmente su posición sobre el expediente del Sáhara Occidental.
Mientras España habla de la apertura de la aduana comercial de Ceuta como una confirmación del cambio de postura del reino de Mohamed VI sobre el respeto a las ciudades autónomas, Marruecos protesta contra las declaraciones que confirman que los dos enclaves son españoles.
En conclusión, el acuerdo firmado entre ambos países parece ser una cortina de humo para Marruecos. El Reino de Cherifian solo da importancia en este acuerdo a la parte que se refiere a la identidad marroquí del Sáhara Occidental y no respeta la parte que establece que Ceuta y Melilla deben tener aduanas con Marruecos, lo que implicaría implícitamente que Marruecos aceptaría su estatus actual. acepta
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