A media tarde los termómetros no se equivocan: el lunes marcaban 41,9°C en Badajoz, 42°C en Córdoba, 43°C en Andújar. La letanía de temperaturas plomizas podría durar mucho tiempo y extenderse por toda la llanura del Guadalquivir en Andalucía, en la inmensidad de Extremadura o en la meseta de Castilla-La Mancha. ¿Nuevos récords? No las temperaturas, sino la precocidad y durabilidad de la ola de calor. Los especialistas son formales, empezando por los responsables de la Agencia Nacional de Meteorología (Aemet), la ola de calor que asoló España a finales de la semana pasada y que debería prolongarse en el país hasta al menos este jueves constituye un récord.
noches tropicales
Nunca habíamos visto estallar una ola de calor tan intensa a mediados de junio, según la definición del fenómeno que da la Aemet, es decir, una duración de al menos tres días; una importante expansión en el territorio nacional; algunas de las temperaturas más altas del año. La llegada a la península de la estabilidad atmosférica, la llegada de una masa de aire procedente de África y un sol muy fuerte fueron ampliamente anunciados la semana pasada. «En el mes de junioasegura José Miguel Viñas, de Aemet, estamos acostumbrados a los días calurosos en los últimos años, ¡pero no tanto ni tan intensos como los que experimentamos hoy!” No sólo se da el calor del día, sino también la aparición de noches tropicales entre 20 y 25 °C, o incluso más, como en Navalvillar de Pela, a 150 km de Badajoz en Extremadura, con un pico de 33 °C en el profundidades de la noche.
Esta ola de calor extremo es un recordatorio para los españoles de que este es solo un episodio de un fenómeno creciente registrado en las últimas décadas. Por ejemplo, según Aemet, ha habido diez olas de calor en junio desde 1975, cinco de las cuales han sido desde 2011. “Esto da una idea de la intensificación y aceleración de estos episodios de olas de calor”continúa José Miguel Viñas. Y te hace temer fuertemente por el próximo verano, ahora que estamos oficialmente todavía en primavera! Ya en agosto de 2021 pensábamos que habíamos tocado techo con la peor ola de calor de agosto, que afectó a 36 de las 50 provincias, y un récord de temperatura lamentablemente en manos de la localidad andaluza de Montoro, con… ¡47,4°C! En una larga crónica la vanguardia se preguntó: “¿Cuándo se publicará el registro por encima de la marca de 50°C? ¡No deberíamos sorprendernos si lo presenciamos pronto! Otro claro indicio de que estamos ante un aumento notorio del calor, añade la Aemet: es la primera vez que registramos temperaturas por encima de la media durante ocho años consecutivos. Esto se traduce en una caída significativa de las precipitaciones. En 2021 cayeron en la península 569 l/m² de agua, un 11% menos de lo normal, calculado en el periodo comprendido entre 1981 y 2010.
Esperando un verano infernal
Aparte del partido de extrema derecha Vox, abiertamente escéptico climático, todo el espectro político y el Gobierno español creen que ya no hay dudas. Por ejemplo, el Ministerio de Transición Ecológica destaca que el último «año frío» data de 2013 y desde entonces hemos sido testigos “años demasiado calurosos, muy calurosos o extremadamente calurosos”. El vínculo con las bajas temperaturas es esclarecedor: A pesar del espejismo de Filomena, estas ventiscas en el invierno de 2020-2021 causaron estragos en el país, o récords puntuales el año pasado en Aragón o Castilla León (-25°C, incluso -26,5°C), el número de días fríos sigue descendiendo. Ha habido 14 registros de este tipo en la última década, en comparación con 146 registros en días calurosos. En cuanto a la temperatura en el Mediterráneo, los indicadores muestran un aumento constante desde 2003. Anticipándonos a un verano infernal, nos estamos preparando para lo peor. “No existe una correlación directa entre la velocidad de esta ola de calor y la intensidad del calor del próximo verano, pero hay muchas razones para creer que se batirán nuevos récords”, teme José Miguel Viñas. Los Bomberos están en alerta en todo el territorio, conscientes del altísimo riesgo de incendios. De momento, varias brigadas combaten las llamas en la región de Málaga, donde ya se han humeado 3.500 hectáreas desde la semana pasada.
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