HERAT: Un terremoto de magnitud 6,3 sacudió el domingo la provincia de Herat, en el noroeste de Afganistán, matando al menos a dos personas e hiriendo a 154 en la región donde un devastador terremoto una semana antes había matado a más de mil víctimas.

El terremoto poco profundo del domingo se produjo a las 8:06 hora local (03:36 GMT) con epicentro a 33 kilómetros (20 millas) de la ciudad de Herat, según el Instituto Americano de Geofísica (USGS). Siguieron varias réplicas con magnitudes de 5,4, 4,2, 4,3 y 4,4.

Médicos Sin Fronteras dijo que se reportaron dos muertes y 154 heridos en el hospital regional de Herat, donde los pacientes fueron trasladados en camillas y tratados al aire libre en refugios improvisados.

«La situación es muy crítica», dijo a la AFP Yahya Kalilah, responsable del programa de MSF en Afganistán. «Desde un punto de vista psicológico, la gente está aterrorizada y traumatizada».

“La gente no se siente segura. Puedo asegurarles al 100 por ciento que nadie dormirá en casa”, añadió Yahya Kalilah.

Las autoridades nacionales de gestión de desastres dijeron que todavía estaban evaluando el alcance de la destrucción.

Haris Aryan, originario de Herat, envió a su familia al sur, a la provincia de Farah. «Muchas personas, todas aquellas que tienen familia o refugio en las provincias vecinas, han huido», dijo a la AFP.

“Los que no tienen adónde ir… pasan la noche en las carreteras y en los parques”, dijo este residente.

Según un periodista de la AFP en Herat, la mayoría de los habitantes siguen durmiendo a la intemperie una semana después del mortal terremoto, por temor a nuevos temblores. Pero algunos regresaron a sus casas para pasar la noche.

«La gente de Herat está aterrorizada y asustada», explica Hamid Nizami, comerciante de 27 años. «Gracias a Alá esto ocurrió durante el día y la gente estaba despierta».

Yahya Kalilah, de Médicos Sin Fronteras, predijo que las pérdidas serían limitadas, ya que los residentes de las zonas más afectadas por los terremotos anteriores de octubre ya viven en el exterior después de que sus casas fueron destruidas.

El 7 de octubre, pueblos enteros de la región de Herat fueron destruidos por un terremoto de magnitud 6,3.

El gobierno talibán estimó el número de muertos en más de mil. El sábado por la noche, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó de casi 1.400 muertes a consecuencia de este terremoto.

Otro gran terremoto el 11 de octubre, cuyo epicentro fue descubierto a unos 30 kilómetros al norte de Herat, provocó el pánico entre una población traumatizada y dejó al menos un muerto y un centenar de heridos.

A los temblores siguieron tormentas que dañaron las tiendas de campaña que protegían a los supervivientes.

Las autoridades dijeron el domingo que habían liberado a más de 528 prisioneros en la provincia de Herat y en la vecina Badghis, ya que las prisiones estaban «en riesgo de colapsar» debido a los temblores. La mayoría de los prisioneros liberados estaban llegando al final de sus sentencias, dijeron.

Casi 20.000 personas se vieron afectadas por los sucesivos terremotos, dijo la OMS, y la mayoría de las víctimas fueron mujeres y niños.

Necesidad de refugio

Desde los terremotos, miles de personas en la provincia han estado durmiendo al aire libre, en automóviles, patios o tiendas de campaña, mientras sus casas se convertían en polvo.

Afganistán ya está sufriendo una grave crisis humanitaria, con retiradas generalizadas de ayuda exterior desde que los talibanes regresaron al poder.

Con el invierno acercándose, proporcionar refugio en grandes cantidades será un desafío para las autoridades talibanes, que tomaron el poder en agosto de 2021 y mantienen relaciones tensas con las agencias de ayuda internacionales.

«Sabemos que pueden vivir en tiendas de campaña durante un mes, pero más tiempo probablemente será muy difícil», dijo el ministro de Salud, Qalandar Ebad.

Afganistán sufre frecuentes terremotos, especialmente en las montañas Hindu Kush, cerca de la unión entre las placas tectónicas euroasiática e india.

En junio de 2022, un terremoto de magnitud 5,9 en la escala de Richter dejó más de mil muertos y decenas de miles sin hogar en la pobre provincia de Paktika (sureste).