Más del 85% de los hogares en Japón, Corea del Sur o Estados Unidos tienen aire acondicionado. ¿Ves esta tendencia extendiéndose a Europa?

De hecho, estamos viendo una nueva tendencia en aire acondicionado en Europa. Con los desafíos del calentamiento global y las olas de calor sinónimo de temperaturas récord, incendios forestales, estrés hídrico, impactos en la salud… ha habido un aumento notable en la demanda de tecnologías como los acondicionadores de aire. Y debes ser consciente de que vamos a tener veranos aún más duros.

Este auge de la climatización es especialmente acusado en países que han experimentado un calor extremo: países del sur de Europa como España, Portugal, Italia, Grecia… donde el turismo, pilar económico y cultural, se ve afectado en ocasiones.

Pero también los países del norte de Europa, como el Reino Unido, Alemania y los Países Bajos, están experimentando una creciente demanda para adaptarse a un clima cambiante y tratar de mantener el interior confortable durante los picos de calor.

¿Qué efectos podemos esperar de este boom?

Hay buenas razones para preocuparse por el aumento de la demanda de aire acondicionado debido al impacto en la demanda de energía. Puede ejercer una enorme presión sobre las redes eléctricas y acelerar las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que exacerba la crisis climática.

Un rápido aumento de las necesidades puede conducir al uso de equipos ineficientes y que consumen mucha energía. Los acondicionadores de aire a menudo también requieren grandes cantidades de agua, y algunos, equipados con ciertos refrigerantes, tienen un potencial de calentamiento particular, que también es dañino para la capa de ozono.

Pero la buena noticia es que existen opciones efectivas, con sistemas eficientes que benefician a todos, medio ambiente, comodidad, salud, rendimiento…

Para ello, es fundamental la existencia de normas mínimas de rendimiento energético y etiquetas en los equipos. En la Unión Europea y los Estados Unidos, las normas y etiquetas ya han reducido el consumo de energía de los acondicionadores de aire en más de la mitad. Pero es cierto que allí siempre puedes encontrar equipos ineficientes, y ese es nuestro lema: un producto eficiente no tiene por qué ser más caro.

¿Qué soluciones cree que se están desplegando en Europa?

Las soluciones “basadas en la naturaleza” (…) están ganando cada vez más interés en la lucha contra las islas de calor urbanas. Los espacios verdes, las cubiertas verdes… pueden, además de tecnologías eficientes, aumentar la resiliencia de las ciudades.

Dar prioridad a las bombas de calor reversibles y mejorar el aislamiento de los edificios puede ayudar a construir ciudades más sostenibles y resilientes al tiempo que aborda la mayor demanda de energía.

En Europa, muchas regiones eligen bombas de calor para la refrigeración, que son más eficientes energéticamente que los aires acondicionados convencionales y utilizan menos refrigerante. Alemania, por ejemplo, apoya esta tecnología, tanto para obra nueva como para rehabilitación.

Hoy es fundamental poner la eficiencia energética en la agenda climática global.

En junio, en una conferencia especial organizada por la IEA, 45 estados se comprometieron a duplicar el progreso en eficiencia energética para fines de la década. Este impulso, a pocos meses de la COP28 organizada en Dubái, una ciudad muy dependiente del aire acondicionado, es alentador. Sin embargo, con la explosión de las temperaturas y el aire acondicionado, los responsables de la toma de decisiones deben tomar aún más medidas para reducir las emisiones, la tensión en las redes y las facturas del hogar, y estar preparados para enfrentar los desafíos de los veranos del mañana.