En el País Vasco, la policía lucha actualmente por controlar el flujo de inmigrantes entre España y Francia, la mayoría de ellos huyendo de países en guerra en África.
La Policía Vasca de Fronteras denuncia la falta de mano de obra para los controles fronterizos, especialmente como consecuencia de los actuales acontecimientos sociales, a pesar de que el número de candidatos a cruzar no ha aumentado en los últimos tres años.
‘Mucha ayuda local los ayuda a superar’
Según varias fuentes locales, el 80% de los inmigrantes que intentan entrar en Francia proceden del África subsahariana y del Magreb. Sus travesías son numerosas, como aquí, en la región de Hendaya, en los Pirineos Atlánticos, a lo largo del río fronterizo o en las colinas.
“Hay muchos ayudantes locales que les ayudan a pasar, por lo que necesariamente conocen el terreno y la topografía tan bien como nosotros”, testifica Sébastien Boussinot, adjunto de la policía aérea y de fronteras de la UNSA, quien cree que “cada vez es más complicado arrestar a los migrantes”.
En Euskadi, efectivamente, son los puentes los que hacen de frontera. Con solo tres tripulaciones de cuatro para patrullar un tramo de 20 km entre España y Francia, “la mayoría de los candidatos aprovechan la ausencia de fronteras para cruzar los puentes a pie”, prosigue Sébastien Boussinot.
Tropas móviles movilizadas en otros lugares
«Tenemos tropas móviles con CRS y gendarmes para mantener estos puntos las 24 horas», explica, sin ocultar su preocupación por «la situación actual y los movimientos sociales que hay en Francia» y el hecho de que estas tropas móviles «están movilizados en el contexto de otras misiones amigas».
En Irún, en España, las asociaciones del otro lado de la frontera creen que los inmigrantes pasan muy poco tiempo en la zona fronteriza e intentan entrar en Francia muy rápido. Los voluntarios intentan en vano desanimarlos.
“En España puedes sacar los papeles en un año. Pero en Francia puedes vivir allí durante 5 años y luego no obtienes los papeles durante al menos 5 años”, dice Ion Aranguren, miembro de la red de acogida de inmigrantes de Irun.
En el País Vasco, las autoridades han informado de 7.000 a 10.000 inmigrantes que intentan cruzar ilegalmente a Francia cada año desde 2018.
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