Louis de Funès e Yves Montand forman un dúo de culto en la comedia «La Folie des grandeurs». Detrás de escena, sin embargo, el ambiente no es bueno entre los dos actores, en parte debido a las grandes diferencias políticas.
Delirios de grandeza : el amor de oro
En 1971, Louis de Funès se reencuentra con el director Gérard Oury Delirios de grandezaDespués Corniaud Y la fregona grande. En esta nueva comedia, el actor presta sus papeles a Don Sallust, ministro de Hacienda del Rey de España amante del oro y que no duda en practicar la extorsión para obtener el máximo posible. Expulsado de la corte por la reina Marie-Anne de Neubourg (Karin Schubert), que no lo soporta, Sallust decide vengarse.
Convoca a su sirviente Blaze (Yves Montand). incitar al soberano a la deslealtad. El sirviente, locamente enamorado de Marie-Anne, cae en su propia trampa. A medida que multiplica sus intentos de seducción, atrae especialmente los favores de doña Juana (Alice Sapritch), una dueña cascarrabias.
Originalmente esta adaptación cómica de ruy blas que reúne a más de 5,5 millones de espectadores en los cines franceses, debería marcar el reencuentro entre Louis de Funès y Bourvil. Pero su muerte en 1970 por un cáncer de médula ósea interrumpió el proyecto.
Cuando Louis de Funès se negó a cenar con Yves Montand
En un evento social, Simone Signoret propone a Gérard Oury y Danièle Thompson que encomienden el papel de Blaze a su marido Yves Montand. Que revive la película y da a luz un dúo de culto.
Detrás de escena, sin embargo, el ambiente no es bueno entre Louis de Funès e Yves Montand. Si el primero desprecia al segundo al más alto, es parcial. por sus compromisos políticos.
«Muy bien, burguesía católica de fe sincera y profunda», El intérprete de Don Sallust «odia a los comunistas». Solicitado por el parisino en 2021, su hijo mayor Patrick de Funès asegura que el actor no duda en mantener alejada a su pareja durante el rodaje Delirios de grandeza :
Si se llevaba bien con Bourvil, no le gustaba ni Yves Montand ni sus posiciones. Ciertamente Delirios de grandezasu gran fortuna fue cenar con Gérard Oury… sin Yves Montand.
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