En lo que respecta al Sáhara, España ha entregado la mano y ha entregado las llaves. Éste es el contundente mensaje que el Gobierno de Madrid envió ayer miércoles 17 de febrero a los separatistas y sus partidarios en España.
“España se considera absuelta de cualquier responsabilidad de carácter internacional respecto de la administración del Sáhara Occidental desde la carta dirigida al Secretario General de las Naciones Unidas por el Representante Permanente de España ante las Naciones Unidas el 26 de febrero de 1976”, subraya el Gobierno español, en una respuesta parlamentaria escrita al grupo Ciudadanos, partido de oposición con sede en Cataluña, pero que tiene poca representación a nivel nacional: 10 escaños/350 en el Congreso y cero escaños en el Senado.
En esta respuesta, el Gobierno informa a esta parte que a partir de ese día, 26 de febrero de 1976, España ha «puesto definitivamente fin a su presencia en el territorio del Sahara» y «en adelante se considera exonerada de toda responsabilidad de carácter internacional». en lo que respecta a la administración de dicha zona».
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Desde entonces, añadió el ejecutivo español, “España como potencia administrativa no aparece en la lista de territorios no autónomos de Naciones Unidas, ni en los informes anuales del Secretario General de Naciones Unidas sobre el Sáhara Occidental, ni en ninguno de los resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que reconoce y sigue esta cuestión.
En este sentido, el Gobierno sostiene que su posición sobre esta cuestión «es constante» y pasa por la defensa de «una solución política, justa, duradera y mutuamente aceptable, tal como establecen las sucesivas resoluciones del Consejo de Seguridad y en el marco de disposiciones coherentes con los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas.
El Polisario, solo en el mundo
Los ataques del Polisario contra España por la cuestión del Sahara no son nuevos. Excepto que esta vez es parte de una campaña para «vender» una «represión» muy imaginaria en nuestras provincias del sur.
En esta campaña contra Marruecos, los separatistas, respaldados por Argelia, cuentan con «perdedores», o incluso «no participantes», si queremos tomar prestada la jerga de los corredores.
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Después de Aminatou Haïdar, el Polisario y Argel quieren ahora jugar la carta de una mujer llamada Sultana Khaya, una «activista» cuyos únicos logros son la presentación en un canal de televisión de imágenes de niños de Gaza, presentados descaradamente como saharauis, así como el regreso Vuelos a Las Palmas y Tinduf, por las noches se disfraza de «compañera» que transporta los fajos de billetes utilizados para reavivar la pasión de los separatistas en las ciudades del Sahara.
Esta respuesta de Madrid es inequívocamente clara: el Sáhara ya no es asunto de España. Barra de puntos.
Hay algo aún mejor en esta respuesta del gobierno español a Ciudadanos. El ejecutivo de nuestro vecino del norte cree que el reconocimiento del carácter marroquí del Sáhara por parte del ex presidente estadounidense Donald Trump «no fue una sorpresa». En otras palabras, y como ya afirmó el jefe de la diplomacia marroquí, Estados Unidos no ha hecho más que salir de su «zona de confort» respecto al conflicto del Sáhara… a la espera de que otros países hagan lo mismo. En primer lugar, el Reino de España.
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