(Moscú) Rusia expresó este lunes «seria preocupación» tras un nuevo rebrote de tensiones entre Armenia y Azerbaiyán relacionado con la instalación por parte de Bakú de un puesto de control en un eje en disputa, una medida «inaceptable» para Moscú, que ve en ella un rechazo a su influencia regional.
El domingo, Azerbaiyán anunció que había instalado un puesto de control en la entrada del Corredor Lachin, la única carretera que conecta a Armenia con la disputada región de Nagorno-Karabaj. Bakú.
«Expresamos nuestra grave preocupación por la situación», dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, considerándola «inaceptable». […] cualquier acción unilateral incompatible con los Acuerdos Tripartitos de 2020.
«Hacemos un llamado a las partes para que regresen de inmediato a los acuerdos existentes», agregó en un comunicado, deplorando «el peligro» creado por el «aumento del nivel de retórica acusatoria y agresiva» en ambos lados.
Bakú afirmó haber establecido este puesto de control para evitar «el transporte ilegal de mano de obra, armas y minas desde el territorio de Armenia para las formaciones ilegales de bandidos armenios en el territorio de Armenia, Azerbaiyán».
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Armenia denunció «una nueva provocación» con «pretextos falsos y sin fundamento».
Región montañosa poblada en su mayoría por armenios que se separaron de Azerbaiyán con el colapso de la Unión Soviética, Nagorno-Karabaj continúa envenenando las relaciones entre Ereván y Bakú.
«Esfuerzos de mediación»
Moscú también consideró «preocupante» el lunes el «aumento de las violaciones del alto el fuego y varios incidentes» en las zonas fronterizas entre Azerbaiyán y Armenia, «que regularmente causan bajas en ambos lados».
Por su parte, el portavoz de la presidencia rusa, Dmitry Peskov, dijo a la prensa que «Rusia continúa con sus esfuerzos de mediación».
“La situación no es fácil. Requiere esfuerzos adicionales, y sobre todo pide a los (dos) países que entiendan que no hay alternativa a la implementación de dicho acuerdo 2020”, aseveró.
Desde 2020, Rusia ha proporcionado una misión de mantenimiento de la paz entre los dos países. Pero mientras Moscú ha sido monopolizado por su ofensiva militar en Ucrania, las tensiones en Karabaj han seguido estallando.
Según la diplomacia rusa, las tensiones actuales entre Bakú y Ereván se deben principalmente a «la falta de avances en el proceso de negociación» hacia un acuerdo de paz entre Bakú y Ereván, tres años después de una corta guerra que dejó 6.500 muertos.
En los últimos meses, Rusia, pero también la Unión Europea y Estados Unidos han intentado a su vez reiniciar complicadas negociaciones entre ambos países, hasta ahora sin éxito.
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