Bien está lo que bien acaba.
Este miércoles, el Tribunal Supremo de España lo absolvió aprovechando las favorables leyes fiscales de la isla portuguesa. El fraude fiscal -basado en que no tuvo que pagar los impuestos asociados a estos derechos en España- se estimó en dos millones de euros entre 2010 y 2012. Pero en los tribunales, Alonso sólo se benefició de la ‘optimización fiscal’.
En 2019, el jugador fue absuelto por un juzgado de Madrid, lo que llevó a la Fiscalía de Madrid, así como a la Fiscalía, a recurrir ante la Audiencia Nacional de Madrid. Este recurso fue posteriormente desestimado, lo que obligó a ambas oficinas a presentar una nueva demanda ante el Tribunal Supremo, que dictaminó que el jugador no había intentado ocultar, ocultar o falsificar sus ingresos ante las autoridades fiscales.
Ahora tenemos que vencer al Qarabağ en la Europa League.
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