Los teléfonos del presidente español, Pedro Sánchez, y de la secretaria de Defensa, Margarita Robles, fueron atacados por el spyware.
Madrid
En mayo de 2021, 2,6 Gb de datos provendrán del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. El equivalente a 1.500 fotos. La secretaria de Defensa, Margarita Robles, también fue víctima de una intrusión en su celular por parte de la aplicación Pegasus.
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El software israelí, teóricamente reservado a los servicios de los gobiernos nacionales asociados al Estado judío, permite extraer todos los datos almacenados en la memoria de un teléfono: contactos, registro de llamadas, mensajes, fotos, vídeos… espiar llamadas telefónicas e incluso activar el micrófono y las cámaras del dispositivo en cualquier momento. En otras palabras, escuche todo lo que se puede escuchar del bolsillo de un jefe de gobierno de la UE y la OTAN, o de la billetera de su jefe militar.
Fue el propio Gobierno español el que reconoció la falla en la cúpula del Estado, durante una rueda de prensa ofrecida por dos ministros el lunes por la mañana, festivo en Madrid.
Un caso confirmado por el gobierno
Los hechos se remontan a una época en la que el ejecutivo se enfrentaba a dos crisis: una, externamente, contraria a Rabat, que la acusaba de hospitalizar en su territorio a Brahim Ghali, líder del Frente Polisario; el otro, internamente, se refería al indulto que estaba a punto de otorgarse a los secesionistas catalanes, que habían sido condenados a penas de prisión por su referéndum ilegal de 2017. El proyecto enfureció a la oposición de derecha.
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Pedro Sánchez ciertamente no es la primera víctima del CEO de Pegasus. Según revelaciones de un consorcio internacional de medios, en 2019 números de móvil pertenecientes a Emmanuel Macron y Édouard Philippe han sido seleccionados por los servicios marroquíes para un posible espionaje de Pegasus… salvo que el caso español es confirmado por el Gobierno, que reconoce así la incapacidad de los Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para protegerlo.
Un momento político muy especial
Además, la información llega en un momento político muy concreto: desde hace dos semanas, los separatistas catalanes, incluido el presidente autonómico Pere Aragonès, multiplican las iniciativas para alertar a la opinión pública de un caso muy de contaminación por Pegasus de unos 60 de sus representantes políticos. Y culpar a los servicios españoles. El Gobierno, cuya estabilidad depende del apoyo de los diputados catalanes, ha reconocido algunos casos expresamente aclarados por los tribunales y ha negado su responsabilidad en la mayoría de los teléfonos infectados.
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Los separatistas y la oposición están interpretando estas últimas revelaciones como una cortina de humo, mientras que el gobierno dice que ha reforzado los controles para evitar las escuchas telefónicas tras conocer los primeros casos en Cataluña.
La inteligencia española se debilita
Madrid asegura que los incumplimientos que acaba de desvelar el Gobierno»ilegal» y «externoLos medios locales plantean diversas posibilidades: espionaje por parte de los servicios exteriores -Rusia y Marruecos son los más mencionados-, decisiones autónomas de agentes españoles que habrían escapado a todo control, incluso la implicación de activistas del movimiento separatista catalán al margen de las instituciones.
Sea cual sea la hipótesis que se adopte, la inteligencia española sale debilitada.
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