Calentamiento global: España preocupada por el riesgo de un aumento de incendios devastadores

Los guardabosques españoles dan la voz de alarma sobre la falta de recursos para combatir las llamas. «Tendremos cada vez más incendios y incendios cada vez más grandes», pero la mayoría de los bomberos locales «no son profesionales y no tienen la formación suficiente», denunciaron haciéndose eco de las manifestaciones de los bomberos en la región el pasado verano organizadas.

Deambulando entre los troncos calcinados de la Sierra de la Culebra, escenario de los peores incendios del país el pasado verano, Pablo Martín Pinto es formal.

Estos gigantescos incendios, alimentados por el cambio climático, aparecieron en España «para quedarse». “Hemos pasado de una época de grandes incendios forestales a una época de megaincendios en España”, como ya existe en otros lugares, como Estados Unidos o Australia, confirma este catedrático, especialista en incendios forestales de la Universidad de Valladolid (norte de España). ).

En una señal inquietante, un incendio, según los bomberos bastante típico de la temporada de verano, se desató el jueves en la Comunidad Valenciana (este), destruyendo hasta el momento cerca de 4.000 hectáreas.

Un incendio tan «tan temprano (en el año) es una prueba más de la crisis climática que vive la humanidad y que afecta especialmente a países como el nuestro», dijo el viernes el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.

En 2022, España fue el país más afectado por incendios forestales en Europa, con más de 300.000 hectáreas quemadas, casi el 40% de la superficie quemada en la UE, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS).

Y si en 2024 “vuelve un verano con temperaturas que no bajan de los 35 grados durante veinte días y cuatro meses sin precipitaciones, entonces la vegetación está lista para arder”, como el pasado verano, vaticina Martín Pinto.

Los dos incendios que azotaron en junio y julio del año pasado la Sierra de la Culebra, en la región de Castilla y León (noroeste), destruyeron por sí solos más de 65.000 hectáreas.

Allí murieron cuatro personas entre las llamas, entre ellas Ángel Martín, vecino de la aldea de Tabara, que murió tres meses después a causa de sus quemaduras. Desesperado, intentó arrancar la vegetación de una franja de terreno con su tractor para crear un cortafuegos, pero fue alcanzado por las llamas, imágenes captadas en vídeo que quedan en la memoria en España.

«País Abandonado»

En este mes de marzo, las máquinas cerca de Tabara están funcionando a toda máquina para cortar los árboles que aún no están completamente carbonizados y vender la madera.

A causa de este incendio, el municipio pierde anualmente 80.000 euros en ingresos por la venta de madera, explica el alcalde Antonio Juárez. Tampoco más setas, ni caza.

«Nadie vivo hoy verá con sus ojos ‘el bosque renacer'», lamenta, subrayando que este incendio acentúa la decadencia de esta zona rural, víctima de la despoblación. «Somos tierra desolada», dice.

Según la ONU, la vida de más de 1.600 millones de personas en el mundo depende de los bosques, que reducen la superficie del planeta en 10 millones de hectáreas cada año. En España, en cambio, la superficie forestal ha aumentado un 1,5% desde 2009, según estadísticas oficiales.

Pero al mismo tiempo, la actividad agrícola y la ganadería están en declive. Entonces hay «una reducción de la superficie desforestada y cultivada» a favor de la zona arbolada, que no siempre se mantiene, según el Ministerio de Medio Ambiente.

Mantener los bosques

Por el contrario, “debemos preservar los bosques para reducir la maleza propicia para la aparición de incendios y aprovecharlos para generar ingresos económicos”, subraya José Angel Arranz Sanz, director de Política Forestal de Castilla y León.

“Debemos aprender lo máximo posible de lo que hemos vivido” en la Sierra de la Culebra, subraya por su parte el profesor Martín Pinto, y crear bosques más resistentes gracias a una alternancia de zonas boscosas, zonas dedicadas a la ganadería y matorral. “O un paisaje más mixto, porque si las masas (forestales) son contiguas, la capacidad de detener el fuego es muy limitada”, agrega.

El guardabosques y representante sindical Jorge de Dios ha dado la voz de alarma sobre la falta de recursos para combatir las llamas.

«Tendremos cada vez más incendios y incendios cada vez más grandes», pero la mayoría de los bomberos locales «no son profesionales y no tienen la formación adecuada», denunció, haciéndose eco de las manifestaciones organizadas por los bomberos de la región el pasado verano.

«Los incendios deben estar en lo más alto de la agenda política y la prevención debe intervenir mucho antes de que el calor y los incendios lleguen a través de una gestión (de los bosques) adaptada a esta nueva realidad», ha señalado Mónica Parrilla, portavoz de Greenpeace España, en una nota de prensa. en sábado.

Martita Jiron

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