España y Portugal afrontan la crisis de la vivienda

“Vamos a hacer del acceso a la vivienda un derecho y ya no un problema. » El jefe del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, anunció en el Parlamento el miércoles 19 de abril una inversión de 4.000 millones de euros, destinados a financiar la construcción de 43.000 viviendas de alquiler de bajo coste, con la promesa de crear viviendas “el quinto pilar del estado del bienestar”.

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Sobreendeudamiento, exclusión social e imposible emancipación juvenil: a un mes de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, el gobierno de izquierda multiplica sus anuncios para responder a la crisis de la vivienda, empeñado en convertirla en uno de los principales temas de campaña. .

El martes 18 de abril, el Consejo de Ministros ya había aprobado la movilización de unas 20.000 viviendas de Sareb, el organismo gubernamental creado en 2013 para absorber miles de activos tóxicos embargados por los bancos tras la crisis financiera e inmobiliaria de 2008. Se pueden vender a las regiones y municipios para ser utilizados como vivienda social. Casi otros 14.000, ya habitados por familias en situación vulnerable, se beneficiarán de alquileres bajos. Y se pueden construir 15.000 en terrenos cedidos por la administración.

“España es el cuarto país de Europa donde las familias tienen que gastar más dinero en pagar su alojamiento”, recordaba Pedro Sánchez el 17 de abril. En la Comunidad de Madrid, alguien que paga el salario mínimo gasta de media el 65% de sus ingresos en vivienda, según el Observatorio de Vivienda Accesible de la asociación Provivienda. En Cataluña o Baleares, esta cifra alcanza el 50%.

Más viviendas sociales

Ante esta situación, el Parlamento también debería aprobar la «La primera ley de vivienda de la democracia» Español. Tras más de un año de bloqueo, el texto final fue aprobado por el Partido Socialista y el partido de izquierda radical Unidas Podemos, que gobiernan en coalición y en minoría, y sus aliados en el parlamento, los partidos independentista vasco y catalán.

Este texto limita los aumentos de alquileres, prohíbe la venta de vivienda pública a fondos de cobertura, como sucedió después de la crisis financiera de 2008, ofrece exenciones fiscales a los propietarios que bajan los alquileres y permite que los ayuntamientos aumenten los impuestos sobre la propiedad en las propiedades desocupadas.

El gabinete también pretende llevar el stock de viviendas de alquiler social al 20% del total. Todo un reto, sabiendo que España cuenta actualmente con apenas un 2,5% de vivienda de alquiler social, muy lejos de la media europea (9%) o de la media francesa (16%).

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Alarico Orozco

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