Estos nuevos radares de alta tecnología llegan a las carreteras de Francia

A finales de 2022, habrá 4.500 radares en las carreteras francesas. acusenso

Desde hace veinte años, los radares automáticos circulan por las carreteras francesas para multar a los conductores imprudentes. Su control debe reforzarse con la llegada de nuevas cajas de vigilancia que estén a la vanguardia de la innovación.

Mientras yacía en una emboscada al costado de la carretera, se convirtió en el terror de los automovilistas. Hace veinte años, en octubre de 2003, los radares automáticos colonizaron las carreteras francesas. Según cifras del Ministerio del Interior, el número no ha hecho más que aumentar con los años y ascendía a aproximadamente 4.500 a finales de 2022.

Un compromiso que no gustará a los conductores franceses. Durante la crisis de los chalecos amarillos en 2019, casi el 75% de estos radares fijos fueron destruidos o dañados por los manifestantes. Estas degradaciones masivas han llevado al gobierno a considerar reemplazarlo con la versión 2.0: más sólida, más eficiente, más difícil de detectar… El Fígaro hace balance de estos radares del futuro, que no pretenden dejar pasar nada.

A la vanguardia de la tecnología

Estas innovaciones ya se anunciaron este verano mediante una actualización del Código de Circulación. Entre hablar por teléfono mientras se conduce, llevar casco de moto o circular por el arcén, estos nuevos radares pronto podrían detectar quince infracciones del Código de Circulación, según un informe. decreto publicado en julio de 2023. Advertencia para conductores imprudentes, aunque la tecnología actual aún no permite que estas máquinas detecten todas las infracciones.

Los radares de torreta más avanzados se encuentran en Francia. Estas grandes torres que bordean las carreteras desde 2018 tienen la especificidad de tener 4 metros de altura, lo que las hace prácticamente imposibles de alcanzar. Estos radares de torre pueden controlar decenas de vehículos simultáneamente desde la parte delantera, pero también desde la parte trasera. El radar de torre se ha convertido así en un auténtico espía, muy discreto (los destellos no son visibles) y de una eficacia incomparable para evitar el exceso de velocidad. Sin embargo, de acuerdo a Revista de automóviles Sólo uno de cada cinco radares de torre actualmente en uso está realmente activo. Los demás son señuelos, que se han instalado en las carreteras francesas como medida preventiva y pueden moverse según sea necesario.

Radares filmando el habitáculo

Esta revolución en la vigilancia vial se basa también en la aportación de la inteligencia artificial. Dentro de unos meses, nuevos radares podrán vigilar el interior del habitáculo de un vehículo en marcha. ¿El objetivo? Detectar estas nuevas infracciones de tráfico, como utilizar el teléfono mientras se conduce o no llevar el cinturón de seguridad.

La inteligencia artificial examinará las imágenes del conductor y realizará un análisis inicial. Sin embargo, el radar no es autónomo y aún requiere intervención humana. Si el software realmente detecta una infracción, la imagen se envía inmediatamente a un agente que debe confirmarlo. Estos dispositivos se están probando actualmente en el Reino Unido y ya están mostrando cierto éxito en Australia.

El radar “velolaser” español

Se llama «radar invisible». Este pequeño radar ya ha sido desplegado en España y se ha convertido en el terror de los automovilistas. Y no en vano es muy ligero, muy discreto, pero sobre todo muy móvil. Inalámbrico y con una duración de batería de varias horas, puede colocarse a un lado de la carretera en cuestión de minutos.

Se puede instalar en barandillas de carretera, en señales o incluso en el coche de policía que patrulla. Este radar, controlado remotamente por agentes, puede monitorizar la velocidad de hasta tres carriles en ambos sentidos.

Radares antiruido

Radares que pronto harán su gran llegada a Francia. Para luchar contra la contaminación acústica, el gobierno ha decidido invertir en radares ‘Méduse’ que controlarán el ruido de los vehículos en circulación y que se utilizarán a partir de 2024.

Dotados de registro acústico, estos radares deben determinar el origen de la contaminación acústica y localizar el vehículo antes de la lectura de la matrícula. El artículo R. 318-3 del Código de Circulación, que se aplica a todos los usuarios de la vía (coches, motocicletas, ciclomotores o ciclomotores), sanciona con 135 euros por cada infracción de ruido con riesgo de inmovilización del vehículo.

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Flavio Lizana

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