El gobierno español está desplegando urgentemente nuevas capacidades de acogida para hacer frente a la incesante llegada de inmigrantes a las costas de Canarias. Se prepara para abrir 11.000 plazas en hoteles, albergues, cuarteles o antiguos hospitales militares, repartidos por toda la península, para aliviar al pequeño archipiélago desbordado por la magnitud del flujo.

El Ministerio de Inclusión y Migraciones planea utilizar la infraestructura proporcionada por el ejército para 4.000 personas y complementarla financiando otros 7.000 refugios de emergencia. Lo más importante es evitar una “nueva Lampedusa”, explican en Madrid, extendiendo los esfuerzos de acogida por todas las regiones del país “como se ha hecho siempre”. Pero esta vez, la instalación temporal de grupos de migrantes en lugares de la península se produce en medio de polémicas y acusaciones cruzadas.

Más de 9.000 personas desde principios de octubre

Sólo en el mes de octubre más de 9.000 personas desembarcaron en Canarias. No es la primera vez que estas pequeñas islas españolas, situadas en el océano Atlántico frente a las costas marroquíes, sufren presión migratoria, pero nunca antes la cuestión había sido objeto de polémica entre las partes.

En las últimas semanas, las incesantes llegadas de pateras procedentes de Senegal a las playas han desbordado a las autoridades locales de la isla de El Hierro. Con 268 kilometros² y 11.000 habitantes, es la isla más occidental del archipiélago. Normalmente fuera de las rutas migratorias, desde entonces los contrabandistas lo han identificado como un destino que, al viajar más lejos de la costa, les permite evitar a los guardacostas senegaleses o mauritanos.

Capacidades insuficientes

La pequeña infraestructura de recepción de El Hierro se vio rápidamente desbordada por la magnitud del fenómeno, con hasta 700 personas desembarcando en determinados días. El primer paso fue desviar las llegadas a instalaciones más grandes en las islas de Tenerife o Gran Canaria, que están mejor equipadas para hacer frente a emergencias. Pero las capacidades del archipiélago se han vuelto inadecuadas, y Senegal se niega a permitir que los inmigrantes regresen a pesar de los acuerdos de cooperación con Madrid para combatir las redes de inmigración ilegal.

La decisión de extender los esfuerzos de refugio por toda España provocó protestas de la oposición. Mientras un diputado del Partido Popular acusa al ejecutivo de “colaboración con mafias de tráfico de personas”, un electo local, también del PP, de una localidad andaluza cercana a Málaga, asegura que los inmigrantes contagian la fiebre tifoidea y propone controlar sus movimientos “como animales sobre los que se mueven”. le ponemos una pulsera”.

“Invasión migratoria”

El vicepresidente regional de Castilla y León, Juan García-Gallardo (Vox), también se pronunció contra esta “invasión migratoria”. Se dirigió a un lugar de la región donde los inmigrantes han sido trasladados temporalmente para protestar contra el gobierno y «quienes traen aquí a 183 jóvenes, en edad militar, que están creando una sensación de inseguridad en el pueblo».

La dirección del Partido Popular ha evitado abordar directamente la polémica, pero protesta enérgicamente por la falta de transparencia del Ministerio de Migraciones, que sorprendió a las autoridades locales al organizar la distribución de alojamiento sin depender de él. Estas protestas deberían servir de advertencia en un país muy expuesto geográficamente a la llegada de poblaciones del Sur, donde la cuestión migratoria ha permanecido hasta ahora fuera del panorama político.