Contaminación acústica y contaminación acústica en España

Vivir en la ciudad tiene todas las ventajas que conocemos: proximidad a los servicios, amplia oferta cultural y de ocio, mayor apertura al mundo, pero también algunos inconvenientes, especialmente el ruido. Transeúntes un poco demasiado ruidosos, ruidos del tráfico, ruidos industriales, estos diversos sonidos afectan sin saberlo su moral y su salud y se convierten en un problema a tener en cuenta para el bienestar de la población. Una mirada retrospectiva a la situación en España y las medidas adoptadas para combatir la contaminación acústica.

(foto de dominio público) El 26 de abril el mundo celebra el Día Internacional del Ruido, una forma de concienciar sobre el impacto del ruido en la salud, pero también en las condiciones de vida de todas las personas. Según un estudio reciente, aproximadamente cien millones de personas en la Unión Europea se ven afectadas por la contaminación acústica. El tráfico rodado ocupa el primer lugar entre las principales causas, ya que de los 100 millones de víctimas europeas de la contaminación acústica, 32 millones son causadas por el tráfico. Luego viene la red ferroviaria, el tráfico aéreo y el ruido industrial. Por ejemplo, una de cada cinco personas en Europa es víctima de la contaminación acústica procedente del tráfico. La situación en España es aún más preocupante, ya que le ocurre a uno de cada cuatro españoles. De hecho, el 26% de la población española estaría expuesta, es decir, unos 12 millones de personas, cifra que incluso podría revisarse al alza una vez se recojan los últimos datos. También podemos referirnos a actividades de ocio, en particular bares o discotecas cuya proximidad a zonas residenciales suele causar problemas. Por último, no hay que olvidar el fuerte crecimiento del turismo de borracheras en España, especialmente durante la temporada estival, que también contribuye al malestar de los residentes de grandes metrópolis como Barcelona.

Las zonas más expuestas de España
En general, son principalmente las grandes ciudades españolas las que más sufren la contaminación acústica, debido principalmente al intenso tráfico de vehículos, pero también a las diversas actividades de entretenimiento que allí se organizan. Para ser más precisos, podemos referirnos en particular al distrito Centro de la capital española, una de las zonas más vulnerables de España. De hecho, el 30% de los establecimientos de esta zona incluyen operaciones hoteleras o discotecas. También es la presencia de negocios abiertos las 24 horas la causa del ruido, así como los bares que concentran mucha gente. También podemos mencionar el distrito de la Barceloneta de Barcelona, ​​donde hay una sucesión de discotecas, una zona muy popular en el periodo estival entre los jóvenes que vienen de fiesta a España.

Un impacto en las condiciones de vida y salud de los residentes
Esta contaminación acústica repetida puede dificultar la vida de los residentes e incluso impulsarlos a mudarse en busca de paz y serenidad. Así, en determinados casos asistimos a la fuga de residentes. De hecho, el distrito Centro de Madrid ha perdido un 6% de sus habitantes, o 9.400 personas, por este motivo en los últimos cinco años. Por otro lado, la contaminación acústica también tiene consecuencias para la salud de los residentes locales. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ruido es el segundo problema ambiental con mayor impacto en el ser humano, después de la contaminación del aire. La Confederación de Ecologistas en Acción subraya este punto, afirmando que el ruido puede provocar malestar y estrés, pero también puede provocar problemas de sueño, afectar a las capacidades cognitivas de las personas y provocar enfermedades cardiovasculares o respiratorias. Por todo ello, resulta oportuno abordar este problema para limitar el impacto negativo del ruido en la vida y la salud de las personas, máxime cuando España va retrasada en la adaptación de las normas marcadas por la Unión Europea al respecto.

Medidas desarrolladas por las autoridades
La legislación en materia de ruido en España proviene de diversas vías, pero se basa principalmente en la Ley de Ruido de 2007. Es una ley estatal y cubre el ruido resultante de actividades comerciales e industriales, así como de carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos. Para cada uno de estos puntos se definen los niveles de ruido que no se deben superar, existiendo diferentes situaciones en función del momento del día (día o noche). Otros tipos de ruido (doméstico, discotecas) son competencia de las distintas ciudades y ayuntamientos. Por ejemplo, Madrid ha implantado el Reglamento de Protección contra el Ruido, que prevé sanciones en caso de no respetarlo (multa de hasta 750 euros si se supera en 4 decibelios el nivel máximo permitido de decibelios, hasta 1.500 euros si se supera entre 4 y 4 decibeles). 7 decibelios y hasta 3.000 euros si se supera en más de 7 decibeles). El Ayuntamiento de Madrid también ha elaborado un mapa de ruido para informar a los vecinos, pero sigue siendo complicado legislar contra este problema dado el conflicto de intereses entre los residentes y las actividades económicas. Barcelona, ​​por su parte, cuenta con un plan de reducción de ruido y un mapa acústico para combatir la contaminación acústica. Con motivo del Día Internacional Contra el Ruido, la ciudad ha decidido concienciar a la población a través de talleres destinados a medir la diferencia de ruido entre barrios con y sin coche, o a través de la Campaña de Control del Ruido, que propone controles voluntarios en determinados barrios. de la ciudad para medir las emisiones de los vehículos y el volumen de ruido.

Clémentine COUZI (www.lepetitjournal.com – España) Jueves 27 de abril de 2017
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Fermín Cabanilla

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