Inicio de la construcción de la nueva línea eléctrica Francia-España


El miércoles comenzaron en los Pirineos las obras de una nueva conexión eléctrica franco-española. Un trabajo innovador y costoso que debería ayudar a Francia a hacer frente a los picos de consumo de electricidad en invierno y apoyar las fuentes de energía renovables. «La construcción de esta línea permitirá duplicar la capacidad de interconexión (intercambio de electricidad, ndr) entre Francia y España, incrementándola de 1.400 a 2.800 megavatios», explica Yves Decoeur, director de Inelfe, la empresa responsable de la proyecto, presentando el sitio a la prensa.


Esta tecnología “nunca se ha utilizado a este nivel de potencia”

Esta línea de muy alta tensión tendrá una longitud de 65 kilómetros, entre Santa Llogaia, en Cataluña, y Baixas, en los Pirineos Orientales. Además de un túnel central de 8,5 kilómetros excavado a través de los Pirineos, incluirá trincheras cubiertas y estaciones de conversión de electricidad en ambos extremos. El objetivo principal es asegurar el suministro eléctrico de los dos países, en particular permitiendo a Francia importar más energía de España durante los picos de consumo invernal. «Ya existen cuatro conexiones entre Francia y España, pero la última se construyó hace 30 años y se necesitan capacidades de interconexión (adicionales) entre los dos países», subrayó Decoeur.


Esta línea, “una primicia mundial”

La ola de frío que está llegando a su fin ha demostrado la utilidad de estos «puentes eléctricos» transfronterizos: en Francia, el descenso de las temperaturas hizo que el consumo de energía aumentara hasta la cifra sin precedentes de 101.700 megavatios el 8 de febrero, lo que obligó al país a cortará la electricidad importando masivamente electricidad de todos sus países vecinos, incluida España. También incluye el apoyo al desarrollo de la energía solar y eólica a ambas orillas de los Pirineos. De hecho, estas energías llamadas limpias tienen el enorme inconveniente de ser intermitentes, es decir, no necesariamente producen energía cuando se necesita.

Como la energía no se puede almacenar a gran escala, esto significa que debemos poder exportar el exceso de electricidad y, a la inversa, importarla cuando la producción a partir de energía eólica o solar sea insuficiente, de ahí la necesidad de nuevas interconexiones. Este problema es especialmente urgente en España, donde las energías renovables ya representan más de un tercio de la producción eléctrica (frente a alrededor del 13% en Francia). A veces los españoles se ven obligados a desconectar los aerogeneradores de su red, porque producen demasiada energía en comparación con la demanda, y las conexiones con Francia no son suficientes para eliminar el excedente.

Para la construcción de esta línea de muy alta tensión, que está en preparación desde 1994, deben superarse varios retos técnicos. Para apaciguar la feroz oposición local del lado francés al paso de una aerolínea, en 2008 se decidió enterrarla. Los costes son enormes: 700 millones de euros, financiados en parte por la Unión Europea. Esto implicaba graves limitaciones técnicas: como es imposible hacer circular corriente alterna a tales distancias, la línea conducirá corriente continua, que se convertirá en corriente alterna en los extremos, utilizando la llamada tecnología VSC.

Sin embargo, Decoeur destaca que esta tecnología «nunca se ha utilizado a este nivel de potencia», lo que convierte esta línea en «una primicia mundial», que podría servir de ejemplo para otros proyectos. París y Madrid no piensan quedarse ahí y quieren incrementar sus capacidades de interconexión hasta al menos 4.000 megavatios antes de 2020. Si se acuerda que no habrá otra línea en el Pirineo catalán, se estudiará una conexión submarina en la bahía. de Vizcaya.

Flavio Lizana

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